Orejeras

En Andalucía, y tal vez pronto en España entera, el PSOE va a tener un serio problema para satanizar los[…]

En Andalucía, y tal vez pronto en España entera, el PSOE va a tener un serio problema para satanizar los pactos del centro-derecha con Vox mientras el Gobierno tiende puentes a toda clase de fuerzas enemigas de la Constitución, de la Corona, de la integridad territorial y hasta del sistema. Ese doble rasero es demasiado tosco para cualquiera que no enjuicie la política con lo que Vargas Llosa llamó un sectarismo de orejeras. Podrá funcionar entre los más irreductibles como primario argumento de autodefensa pero no alcanza para armar nada parecido a una estrategia. Incluso es difícil que los propios barones socialistas se lo crean porque ellos han sido los primeros en denunciar las peligrosas alianzas de su líder, aunque lo hayan hecho con la boca pequeña. Se saben presos de la evidencia de que su partido está en el poder por una componenda con la extrema izquierda, los separatistas catalanes y los herederos de ETA. Esa circunstancia resta todo crédito a sus quejas. Y no van a encontrar en Vox una propuesta más radical que las del bloque en que el presidente apoya su voluntad de permanencia.

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