Pausa en la guerra comercial

El presidente de Estados Unidos Donald Trump y el presidente chino Xi Jinping acordaron evitar que su guerra comercial se[…]

El presidente de Estados Unidos Donald Trump y el presidente chino Xi Jinping acordaron evitar que su guerra comercial se intensificara, con la promesa de detener la imposición de nuevos aranceles durante 90 días, para que en dicho periodo negociar un acuerdo duradero. 

Los dos líderes acordaron detener la introducción de nuevos aranceles e intensificar sus conversaciones comerciales, este acercamiento ha ocasionado una relajación dentro del actual tensionamiento existente entre ambas economías.

La reunión se calificó como exitosa por parte de las instituciones estadounidenses, que continúan dejando los aranceles ya existentes en 200.000 millones de dólares para los productos chinos, cuya tasa actual se sitúa en un 10 por ciento y se abstendrá de elevar esa tasa al 25 por ciento, como estaba previsto para el 1 de enero. Estos movimientos acelerarán las conversaciones sobre temas que quiere abordar Trump, como son la posesión ilícita de la propiedad intelectual, las barreras no arancelarias y la trasferencia obligada de tecnología. 

De no llegarse a una aproximación entre las partes, Estados Unidos elevará esos aranceles al 25 por ciento. A esta mejora de las relaciones, también se ha sumado China, que acordó aumentar sus compras de productos agrícolas e industriales para reducir su desequilibrio comercial con Estados Unidos. China tiene ahora mismo importantes barreras comerciales, que son aranceles importantes, y también importantes barreras no arancelarias, que son clave en la relación USA - China.

Los inversores han estado deseosos de ver señales de progreso en esta relación, para evitar que esta disputa comercial ya de por sí hostil, -que ha provocado recortes en la renta variable-, se convierta en una nueva y más dura guerra, con consecuencias aún más negativas. 

El resultado ha sido muy positivo para el mercado, principalmente en el corto plazo. El resultado de esta aproximación ha dado alas al mismo, sin tampoco resolverse de manera concreta el problema en cuestión. El desenlace da a ambas partes el suficiente oxígeno para ir solventando un conflicto, aún sin resolver. 

Por el momento, China obtiene un retraso en los aranceles adicionales, mientras que EE.UU. obtiene mayores compras de productos agrícolas, al tiempo que mantiene su influencia para impulsar más cambios estructurales en la economía. Ninguna de las dos ha obtenido por el momento las máximas exigencias pretendidas por las partes, pero ambos persiguen también evitar un mal mayor para ambos.
Si finalmente no se llega a un acuerdo, la subida de aranceles por parte de USA a China podría frenar en 0,9 puntos porcentuales el crecimiento del PIB chino, que con la situación actual está provocando una caída de 0,5 puntos porcentuales.

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