¿Petróleo a 75 dólares?
Recientemente hemos visto repuntes significativos en el precio del petróleo, que ha abandonado el entorno de los 50 dólares en[…]
Recientemente hemos visto repuntes significativos en el precio del petróleo, que ha abandonado el entorno de los 50 dólares en que estuvo durante 2016 y 2017 y ha escalado hasta prácticamente los 80 dólares actuales. Sin embargo, nosotros pensamos que el precio del petróleo debería volver al rango de 50-60 dólares en el medio plazo.
El análisis del petróleo requiere contemplar numerosos aspectos, pero trataremos de citar los más relevantes. En primer lugar, la demanda global, que ahora se sitúa en 96,6 millones de barriles diarios, es muy inelástica, de manera que las variaciones en los precios tienen escaso efecto sobre la demanda a corto plazo.
No observamos variaciones significativas en la tendencia alcista de la demanda de petróleo que se inició en 1983, pese a los avances en eficiencia energética. Estos avances se ven más que compensados por el aumento de los consumos en los países emergentes, como consecuencia de la mejora en los niveles de renta de las economías emergentes.
Desde el lado de la oferta, lo más llamativo ha sido el aumento de la producción de hidrocarburos no convencionales en países desarrollados. Estados Unidos ha pasado de producir algo más de 5 millones de barriles diarios en 2008 hasta los más de 10,7 actuales y Canadá de 2,5 a 4,0. Este hecho es el que nos lleva a pensar que en el medio plazo, los productores norteamericanos terminarán por imponer sus precios, y que estos se acercarán a los ingresos requeridos para que la apertura de nuevos pozos supere el umbral de rentabilidad requerido para que pueda acometerse. Pues bien, ese precio está más cerca de los 50-60 dólares que estamos comentando y no del rango 70-80 dólares en el que Brent está ahora oscilando.
Además, esos 50-60 dólares dependen del estado de la tecnología, de modo que puede haber lugar a ganancias de competitividad que presionen ese nivel a la baja, tal y como ha ocurrido en el pasado. Pensemos que la existencia de hidrocarburos no convencionales se conoce desde hace muchas décadas, pero no se explotaba pues aunque técnicamente era viable, no lo era desde la lógica económica. Los recientes avances tecnológicos fueron los que lo hicieron económicamente viable y no necesariamente se deben quedar en el nivel actual.
No obstante, el mundo del petróleo es mucho más complejo porque intervienen otros factores, entre los que la geoestrategia y la política son muy significativas, así como la actuación de los principales productores. Ya sabemos que los países productores de petróleo están en estos momentos limitando su producción con el fin de que tenga un efecto en precios, efecto que ha sido significativo; los recortes de la producción de los yacimientos actuales son mucho más rápidos que el aumento de los que están en desarrollo. Y el anuncio de sanciones de EE. UU. a Irán ha agravado aún más la situación.
Pero aun teniendo el peso significativo de la política, por encima de la lógica económica, no es descabellado pensar que ocurra algo parecido a lo que pasó en 2014, año en que los principales productores cambiaron de estrategia frente al importante aumento de la producción norteamericana. Hasta 2014 la estrategia fue defender el nivel de precios sacrificando cantidades, pero desde ese momento la clave fue la defensa de las respectivas cuotas de producción, algo que ha dejado de ocurrir en los últimos meses.
Es difícil predecir si el significativo aumento de la producción norteamericana va a volver a provocar una reacción similar entre los productores a la que produjo en 2014, pero la lógica económica apunta a esa dirección. No obstante, la lógica económica se ve muy entorpecida por factores políticos y eso es lo que nos lleva a pensar en que el petróleo va a estar este año 2018 más tiempo por encima de 70 dólares de lo que nos sugiera nuestro análisis, pero la lógica económica indica que debería volver al rango 50-60 dólares y pensamos que se terminará imponiendo.