Preferentes para capitalizar
Los responsables de las entidades financieras que, ya en plena crisis financiera, comercializaron las participaciones preferentes sabían muy bien lo que hacían
No le demos más vueltas. El Banco de España, la CNMV y los responsables de las entidades financieras que, ya en plena crisis financiera, comercializaron las participaciones preferentes sabían muy bien lo que hacían: se estaban capitalizando con ese dinero ante las primeras dificultades de financiación en los mercados. Y lo estaban haciendo con un producto no adecuado para los pequeños ahorradores y con gran falta de transparencia.
De esta forma, cerca de un millón de ahorradores españoles se convirtieron, sin saberlo, en los primeros que corrieron en auxilio de un sector financiero con una creciente morosidad y dificultad para lograr financiación aportando algo más de 30.000 millones de euros, el equivalente al 60% del esfuerzo de capitalización que se ha pedido a todo el sector con la última reforma.
Nada permite suponer que los responsables de las entidades financieras hubieran imaginado un escenario como el actual y un destino tan oscuro para aquellos a los que colocaron preferentes. Pero, llegados a esta situación, es necesario dar una salida digna a los damnificados por este producto sobre cuyas espaldas se ha hecho recaer el primer esfuerzo de saneamiento del sector.
Los ahorradores, aquellos que precisamente no han contribuido a incrementar la gran deuda que amenaza nuestro bienestar, no pueden ser castigados de tal forma.