¿Qué daño real puede causar el vacío político en Italia?

Queda claro que la ciudadanía italiana ha rechazado el programa de austeridad de Mario Monti, y los resultados de las[…]

Queda claro que la ciudadanía italiana ha rechazado el programa de austeridad de Mario Monti, y los resultados de las elecciones han arrojado a Italia a un vació político. No me dedicaré a analizar el resultado de las bancas del senado y la cámara de representantes, ya que esto ya ha sido analizado excesivamente por otros analistas. En lugar de ello, la reacción en el día de hoy del índice FTSE MIB, que actualmente ha descendido un 4,6 %, es material para una buena discusión sobre la incertidumbre frente al riesgo, lo aprendido de los 355 días en que Bélgica estuvo sumida en un vacío político y algunas observaciones económicas menores sobre la economía italiana en comparación con otros países de la eurozona.

Tras el resultado de las elecciones en Italia, la palabra incertidumbre está siendo manejada libremente por estrategas, economistas y analistas. Esto debe detenerse. En el reconocido libro de Frank H. Knight, Risk, Uncertainty and Profit (1921), el autor define el significado real de la palabra incertidumbre de la siguiente forma: "La Incertidumbre existe cuando la probabilidad de los acontecimientos futuros es incierta o incalculable, mientras que hay Riesgo cuando los acontecimientos futuros ocurren con un grado de probabilidad que se puede medir".

No hay nada en la información que se maneja actualmente que augure incertidumbre en torno a la eurozona, ni a la vida económica de Italia con un año de anticipación. Todo lo que sucede ahora está dentro del ámbito de las probabilidades que se pueden medir. En los resultados de las elecciones en Italia tenemos un caso de riesgo, que puede atenuarse fácilmente a través de inversores y traders mediante coberturas o apostando a diferenciales de crédito. La verdadera incertidumbre surgiría si Italia decide abandonar el Euro en un fin de semana, ya que un acontecimiento como ese no tendría precedentes históricos sobre los cuales obtener conclusiones estadísticas.

A Bélgica le fue bien sin gobierno; ¿recuerdan la era Clinton? La verdadera ironía de esta historia es la que la falta de gobiernos o los vacíos políticos muchas veces no han generado ningún acontecimiento importante y han llevado al crecimiento económico. Durante la era Clinton, la situación política en EE.UU. limitó la capacidad de la administración de Clinton para hacer reformas y, por tanto, la burocracia y la nueva legislación entraron en un modo de hibernación nuclear. ¿Resultado? Suave crecimiento económico (es cierto, también existían otras causas) y excedentes presupuestarios. ¿Por qué temer entonces los resultados de las elecciones en Italia, especialmente cuando queda claro que no existe una mayoría que pueda desmantelar las reformas de Monti?

Otra anécdota interesante es la falta de gobierno en Bélgica durante 535 días, que culminó en diciembre de 2011. Los resultados fueron un crecimiento económico mejor de lo esperado y un rendimiento global mejor, en comparación con sus homólogos, incluyendo una trayectoria de pronósticos acerca de sus déficits presupuestarios mejor que la anterior. En aquel momento, los periódicos estaban saturados de historias sobre la catástrofe de la falta de gobierno en Bélgica, pero lo irónico es que eso no tuvo importancia alguna.

Con esta experiencia, y tomando en cuenta la inferencia bayesiana, no deberíamos modificar demasiado nuestro cálculo de probabilidades acerca de que Italia abandone el Euro o que la eurozona reciba un impacto negativo como consecuencia de las elecciones. Se trata de la clásica reacción exagerada y lo hemos visto muchas veces, incluso cuando Bélgica se quedó sin gobierno, y durante las elecciones de Grecia el año pasado. Mientras no llegue la información, sería prudente mantener la calma.

En Italia, el verdadero riesgo es la falta de políticas de crecimiento. Según los pronósticos económicos sobre los países de la zona euro recabados por Bloomberg, queda claro que Italia se aproxima al equilibrio en su presupuesto. Por lo tanto, en cuanto a la responsabilidad fiscal, Italia se encuentra bien posicionada. En este aspecto, España parece tener dificultades mucho mayores. También vemos que Italia tiene espacio para maniobrar sus políticas macroeconómicas

Sin embargo, no todo es color de rosa para Italia. Su principal problema es la falta de crecimiento, con un crecimiento del PIB nominal, por debajo de la tasa de financiación a cinco años del país desde comienzos del 2008. Lo que es aún más impactante es que esta falta de crecimiento ha ocurrido en un periodo en que las políticas fiscales han sido laxas y la deuda pública ha aumentado rápidamente. Se espera que la relación deuda/ PIB se estabilice este año, pero no servirá de mucho si la economía italiana no retoma el camino del crecimiento.

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Peter Garnry, analista de mercado de Saxo Bank

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