Rodrigo Rato lo está pasando mal
Se considera injustamente tratado por el Gobierno, por su partido y por antiguos amigos a los que encumbró en la actividad política y financiera
Se considera injustamente tratado por el Gobierno, por su partido, por antiguos amigos a los que encumbró en la actividad política y financiera. Y, sobre todo, preocupado ante el hecho de que un juez de la Audiencia Nacional haya admitido a trámite las denuncias presentadas por UPyD y por el movimiento del 15-M y le haya imputado junto a los miembros del consejo de Bankia y de su matriz, Banco Financiero y de Ahorros (BFA). Rodrigo Rato no ha podido aguantar más y ha solicitado poder explicarse ante la Comisión de Economía del Congreso, no sin antes asegurarse de que se tendría en cuenta su demanda, pese a que fue rechazada hace poco más de un mes la del gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, para informar del mismo motivo.
En el Partido Popular se considera que es lo mínimo que debería hacerse con quien en otro tiempo fue un personaje clave en el partido y ahora se ve "a los pies de los caballos" y como principal responsable por lo ocurrido en Bankia. Naturalmente, su comparecencia no será única porque se trata de hacer que pasen por la Comisión de Economía del Congreso, y no por la del FROB a puerta cerrada, todos aquellos políticos, económicos y financieros a los que cabría imputar alguna responsabilidad por lo ocurrido con la salida a Bolsa de Bankia. Y allí estarán Pedro Solbes, Elena Salgado, Fernández Ordóñez y hasta el nuevo presidente de la entidad, José Ignacio Goirigolzarri.
En cualquier caso, ¿qué dirá Rato en el Congreso? Parece poco probable que vaya a expresarse en los mismos términos que lo empleando en los últimos días entre sus cercanos. Rato afirma que se vio obligado a sacar Bankia a Bolsa, sugiriendo que él no era partidario de tal decisión ante la situación de la entidad y de los mercados. Tal afirmación en sede parlamentaria sería una prueba contra él en medio de una causa abierta en la que se le acusan de seis delitos, entre los que se encuentran los delitos de falsedad contable y maquinación para alterar el precio de las cosas.
Cualquier explicación tenderá, sin duda, a subrayar la responsabilidad del Banco de España y del gobierno de Rodríguez Zapatero, probablemente también de la empresa auditora, pero difícilmente le exonerará de su responsabilidad como presidente tanto de Bankia como de su matriz, BFA.
Por si fueran pocas sus complicaciones, cada día aparecen nuevas revelaciones que ponen de manifiesto la mala situación de Bankia en el momento de salir a Bolsa. Un órgano de gobierno de La Caja de Canarias, una de las siete entidades que constituyeron Bankia, alertó tres veces al Banco de España de que las cuentas que presentó la sociedad en 2011 no eran reales y pidió que se tomaran medidas. La comisión de control de La Caja ya había expresado discrepancias sobre las cuentas que había formulado la entidad en ejercicios anteriores (2008, 2009 y 2010), pero en 2011 decidió dirigirse al Banco de España tras advertir posibles irregularidades en los números del semestre inmediatamente anterior a la salida a Bolsa de Bankia, según ha manifestado su expresidente, José Ramón Durán Alday.
Durán Alday, que renunció a su cargo el pasado 23 de abril, señaló que la comisión de control de La Caja de Canarias conoció las cuentas a 30 de junio del Banco Financiero y de Ahorros (BFA) -la matriz de Bankia- después de su salida a Bolsa y pidió que se convocara una asamblea general extraordinaria de la caja para manifestar su desacuerdo sobre la situación que se describía en ellas.
Sin duda, la comparecencia de las personalidades que han sido convocadas en la Comisión de Economía del Congreso pueden poner en evidencia nuevas irregularidades.