Sacar partido de las falsas apariencias
Mientras los mercados mantienen su volátil danza, que arriesga dejarse en sólo un par de semanas los beneficios obtenidos en[…]
Mientras los mercados mantienen su volátil
danza, que arriesga dejarse en sólo un par de semanas los beneficios obtenidos
en enero, reguladores, inversores y entidades financieras ajustan cuentas, muy
conscientes de que el presente, y especialmente el futuro, cada día tiene que
ver menos con el pasado. La última en mover ficha ha sido la Comisión Nacional
del Mercado de Valores (CNMV) al advertir que, según un estudio que ha llevado
a cabo, las sociedades que prestan servicios a ahorradores/inversores no
realizan bien en muchos casos el test de idoneidad a sus clientes. Dicho test
es la piedra angular que indica lo que se puede comercializar o no a un cliente
determinado y la que limita el riesgo que un inversor puede llegar a asumir,
aspecto clave en cualquier operación financiera.
La equivocación, que ha
llevado a la CNMV a multar a algunas entidades, tiene sus ventajas para una de
las partes: mayores conocimientos y experiencias sobre los mercados financieros
permiten comercializar productos con más valor añadido para las entidades
financieras porque requieren de un mayor análisis y seguimiento. No habría que
obviar tampoco que ahorradores/inversores tienden a decir que cuentan con más
conocimientos y experiencias de los mercados financieros de los que verdad
tienen. Esta reacción forma parte de la conducta psicológica de los inversores
en sus decisiones financieras, que las instituciones deberían tomar más en
consideración por mucho que, a corto plazo, les venga bien a su negocio esa
falsa apariencia.