Sangre de banquero

Recientemente, Rafael Rubio, que fuera director de Inversión y Finanzas y hoy colaborador asiduo de la revista escribía: "incredulidad" y[…]

Recientemente, Rafael Rubio, que fuera director de Inversión y Finanzas y hoy colaborador asiduo de la revista escribía: "incredulidad" y "temor es que lo que se respira en medios jurídicos y financieros tras la detención y posterior puesta en libertad del que fuera presidente de Caja Madrid". Y continuaba con un comentario del socio de un conocido bufete de abogados quien afirmaba que "los argumentos esgrimidos por el juez Silva para ordenar su ingreso en la cárcel harían insuficientes las prisiones en España, si se aplicaran a cuantos han tomado decisiones erróneas". Suponiendo que todas hayan sido erróneas.

Y tienen razones los banqueros y empresarios para estar preocupados. El circo mediático-jurídico que se ha montado en torno a esta instrucción es digno del mejor espectáculo romano. Como en todo, conviene no generalizar y hay que acotar las responsabilidades estrictamente a quien corresponden: a un juez, respaldado por el sindicato de funcionarios Manos Limpias y por AUSBANC, cuyos dos presidentes tienen un importante pasado violento, consecuencia de su militancia activa en los movimientos de extrema derecha. Ellos dos han representado a la acusación particular. Y ellos, acostumbrados al olor de la sangre, han hecho sangre en un banquero ("cajero") que, no se engañen, no es más que la representación de lo que a muchos les gustaría hacer con todos al grito de: ¡AL CIRCO CON TODOS! y mucha, mucha sangre. Y una gran parte, no toda, de los medios de comunicación han acudido para jalear el jaleo.

Gracias a Dios, los magistrados de la Audiencia han cortado el espectáculo de cuajo. Con una contundencia no habitual, pero en este caso necesaria, los seis autos dictados con respecto al proceder del juez Elpidio Silva y de la acusación particular no tienen desperdicio, son demoledores y han anulado de raíz todo el proceso de instrucción contra el expresidente de Caja Madrid. La instrucción, curiosamente, fue abierta hace unos meses por el juez Elpidio Silva, el mismo que no encontró motivos en 2010. Contra la apertura se ha mostrado reiteradamente en contra el fiscal del caso, porque a su juicio, acertado ahora, no existía indicio alguno de delito.

Un fiscal con criterio y dos co... Tan en contra se ha mostrado en todo el proceso, que finalmente ha anunciado la presentación de una querella por prevaricación contra Elpidio Silva.

Qué no habrá visto la Audiencia Provincial de Madrid en la actuación del juez y de la acusación particular que le ha llevado a afirmar, entre otras cosas, que "no se alcanza a comprender, salvo facultades adivinatorias, como se puede concluir la existencia de una conexidad que no se puede presuponer en base a noticias de prensa, de pasillo o sospechas" o "los hechos delictivos denunciados, huérfanos de cualquier refrendo, confirman la ausencia del mínimo juicio de proporcionalidad y razonabilidad de las medidas de investigación adoptadas, pues además de las indicadas se adoptan otras medidas limitadoras de derechos fundamentales como son la intimidad personal y el secreto de las comunicaciones".

Más: "no podemos olvidar que el delito que pudiera perseguirse carecía de soporte documental" o "la desproporción y desconexión entre lo que es objeto del proceso y los argumentado es en gran medida copia de la página web Wikipedia", por lo que según la Audiencia todo "constituye tan desacertado proceder, que ha dado lugar a una causa en la que lo menos relevante es el concreto hecho denunciado".

En pocas palabras: un desastre de actuación. Y lo más importante para acallar a quienes ven que la Justicia "echa una mano" a los banqueros: coinciden los magistrados de la Audiencia y el fiscal, que está presente en el caso desde su apertura. Parece suficiente garantía de que el proceder es conforme a derecho.

Las preguntas ahora son: ¿qué se puede hacer con un juez al que se le ha dado un repaso jurídico como este? El CGPJ decidirá. Pero, ¿quién devolverá el honor perdido al expresidente de Caja Madrid? ¿Los medios de comunicación? ¿Tiene el ordenamiento jurídico español un sistema previsto para recuperar el honor destrozado por la actuación de un juez con "facultades de adivino"? ¿Quién debe actuar contra la acusación particular que ha interpuesto una querella a sabiendas de que era falsa? ¿Trabaja en ello el Ministerio de Justicia del señor Gallardón? O nos trae a todos "al pairo". Que Dios nos libre de un entramado judicial como este.

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La Audiencia sí ha dado un paso más anulando la personación de Manos Limpias-AUSBANC como acusación particular al considerar que no cumple ninguno de los requisitos exigidos por la ley para "ser acusador particular". ¿Cómo es posible que nadie detectara que el principal instigador del circo no tenía la licencia de espectáculos? Increíble.

¿Por qué monta el tándem "Manos Limpias-AUSBANC el caso? Volvemos al artículo de Rafael rubio que resume el asunto de manera certera: Pineda mantenía un largo conflicto con Caja Madrid y su antiguo presidente, Miguel Blesa, que le había negado cualquier aportación publicitaria. Y llevado de su educación en la extrema derecha acude a la vieja táctica de "calumnia, que algo queda", muy utilizada en la época del señor Goebbels y del señor Stalin, enemigos, pero unidos por similares estrategias.

Sabe el señor Pineda desde el principio que el proceso no tiene futuro porque se basa en pruebas falsas, pero sabe también que la calumnia, la difamación, la maledicencia, amplificada por los medios de comunicación, acaban con cualquiera. Al fin, conoce bien este refrán que refleja lo miserables que a menudo somos, puesto que la simple acusación nos hace dudar de las personas sin que estas tengan responsabilidad. Dice Hugo J. Byrne que "el más antiguo y cobarde instrumento de la maldad es la calumnia.

Tiene un poder extraordinario y el residuo de sus devastadores efectos resiste que su insidia sea enérgica y conclusivamente refutada (...) La calumnia es el arma favorita de los traidores; la sempiterna agresión rastrera y furtiva de quienes son incapaces de enfrentar a sus enemigos de frente y sin temor a las consecuencias".
"Luispi" -nombre de guerra en las células de extrema derechaya tiene manchadas las manos de sangre de banquero. ¿Se las estará restregando?

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