SAREB: ¿Banco malo o "lo peor de lo peor"?
La falta de modelo de negocio y la improvisación caracterizan a esta institución que ha liberado de sus peores activos a los bancos más problemáticos, pero arriesga depender del dinero público.
El SAREB (Banco Malo) empieza a preocupar muy seriamente en el sector financiero. Creado hace tres meses para dar cobijo a los activos más problemáticos de las entidades financieras parece embarrancado mientras que se pone en cuestión su fórmula y estrategia de gestión.
El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, que puso al frente de la entidad a una estrecha colaboradora, Belén Romana , de quien destacó su honestidad pese a su desconocimiento del sector inmobiliario, señaló ante un grupo de periodistas su convencimiento de que el SAREB realizaría "importantes operaciones" en los primeros dos meses de constituirse. Hace sólo unos días insistía ante la Comisión de Economía del Congreso que estaban a punto de realizarse algunas operaciones y que a lo largo del año se venderían activos por valor de 1.500 millones de euros, el 3 por ciento del total de activos que tiene. A tal ritmo no serán suficientes los 15 años que se ha dado al SAREB para vender sus activos, especialmente si, como se ha dicho en muchas ocasiones, en los primeros años se pondrán a la venta las mejores viviendas. Serían necesarios otros 18 años más.
Mal plan de negocios
Ya han pasado casi tres meses y no hay rastro de operaciones, salvo los nombramientos de ejecutivos para la institución (el último, un jefe de recursos humanos). Tampoco hay rastro de los fondos buitre que parecían más interesados en hacer las primeras adquisiciones. Sus ofertas de compra, muy a la baja, fueron consideradas inaceptables y por ello decidieron retirarse. Ante la huida de los clientes mayoristas, el SAREB decidió dar a las entidades financieras de las que procedían los pisos la gestión para su venta a cambio de una comisión.
En el sector inmobiliario se insiste en que es necesario dar tiempo al SAREB para que comience a funcionar. Pero son muchos los que piensan que no es un problema de tiempo, sino de concepción errónea de la institución. El ministerio de Economía nombró a su responsable y elaboró su plan de negocio y después busco a accionistas privados para que éstos fueran mayoritarios en la sociedad con un 55 por ciento dejando el resto al FROB. Finalmente, el plan de negocios se ha mostrado muy irreal y la Unión Europea y el FMI podió la elaboración de uno nuevo que está a punto de conocerse. Tampoco está muy claro el carácter privado de una institución que precisa de nuevas aportaciones de capital, que difícilmente serán cubiertas por las entidades privadas, y que depende en buena parte de decisiones del ministerio de Economía.
Por no haber no siquiera acuerdo entre las entidades financieras y el SAREB sobre el precio al que deben vender los activos inmobiliarios que se han llevado al "banco malo". Los grandes bancos temen, con bastante razón, que si bajan muchos los precios de los inmuebles para venderlos, ellos deberán hacer lo mismo con los que mantienen en cartera, lo que produciría importantes pérdidas y más necesidades de cobertura, algo que va directamente contra sus menguados beneficios. Ante tal situación y para generar caja cuanto antes, el SAREB puso a las venta viviendas por encima del precio a lo que se habían transferido, lo que provocó un cierto y normal desencanto en el mercado. Todo en el SAREB parece una improvisación constante.
Necesidad de capital
Pero el mayor problema es que, dada su escasa capitalización, el también llamado "banco malo" va a precisar más ampliaciones de capital y no sólo la segunda prevista para asumir los activos del segundo grupo de bancos con problemas. Necesitará pronto, si no se hacen ventas, una tercera ampliación de capital y todo indica que deberá hacerse con capital público. Así lo estima el profesor José Carlos Díez que recuerda que el "banco malo" irlandés tuvo, finalmente, que nacionalizares ante su incapacidad para gestionar los activos.
El profesor Joaquín Maudos considera que el gran error ha sido no utilizar una parte de los fondos ofrecidos por la Unión Europea para el rescate del sector financiero español para capitalizar el SAREB. Al fin y al cabo, el SAREB no ha sido otra cosa que un instrumento para el saneamiento del sistema financiero y a ello se debería haber dedicado una parte de aquellos 100.000 millones que, finalmente no se han utilizados.
Con 76.000 pisos vacíos, 6.300 viviendas alquiladas y 14.900 propiedades de suelo más 84.300 préstamos y 6.200 créditos son muchos los que piensan que el llamado "banco malo" puede llegar a transformarse en "lo peor de lo peor", calificativo que el ex gobernador del Banco de España dio a la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) para subrayar sus enormes problemas.