Sin honor, pero con Falcon

El presidente rehén de la extrema izquierda y los golpistas, el único que ha llegado al despacho tras encabezar una[…]

El presidente rehén de la extrema izquierda y los golpistas, el único que ha llegado al despacho tras encabezar una lista electoral humillantemente derrotada en las urnas, disfruta ya de sus vacaciones con el Falcon que tanto le gusta a disposición de sus caprichos. Ha demostrado no tener honor, ni palabra, ni lealtad a sus siglas o a sus compañeros, que pagarán muy caras en las municipales y autonómica la justa indignación de los españoles, ni coraje para defender la Constitución que juró cumplir y hacer cumplir, ni mucho menos talla política, pero posee la potestad de viajar a donde le plazca en el avión oficial que pagamos los ciudadanos a escote. Es más; tan grande es su poder, tan absoluta su arbitrariedad, que ha dado órdenes estrictas para que la utilización de esa aeronave por parte de su insigne persona se considere secreto de Estado. ¿Cómo, si no, podría seguir usándola para asistir a un concierto de rock o a la boda de su cuñado? La ocultación es un pilar esencial sobre el que asentar que este infame mandato basado en el fraude.

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