¿Solo una cuestión de credibilidad?

Con todo, es interesante como la discusión entre acreedores y las autoridades griegas parece encallada precisamente por las diferentes prioridades de ambas partes

Sinceramente, lo esperaba desde hace tiempo. Pero no acababa de llegar. Hasta ayer.

BERLIN - OVERTVELDT SAYS EURO ZONE CREDIBILITY WOULD BE DAMAGED IF WE CHANGE AGREEMENTS WITH GREECE - RTRS
Y para reafirmarlo, el Ministro de finanzas belga lo amplió con dos mensajes adicionales:

1. Un haircut de deuda en Grecia no es una opción en estos momentos
2. Si se cambian las condiciones del rescate otros podrían pedir lo mismo

Al final, con otras palabras el mismo mensaje escuchado en el pasado de que el EUR no es una zona de transferencias. Pero ahora ampliado con la credibilidad, algo que afecta a la confianza futura sobre la supervivencia del área. Algunos creen que la solidaridad puede vencer la desconfianza.

Pero, muchos tememos que los límites a la solidaridad pasan por la política. Y me refiero a la política interna de los otros 18 miembros del área además de Grecia. 

En una reciente encuesta publicada durante el fin de semana más del 70 % de los alemanes están en contra de nuevas concesiones a Grecia. Y ya hemos escuchado a algunos diputados alemanes rechazar cualquier acuerdo que no pase por el FMI.

Con todo, es interesante como la discusión entre acreedores y las autoridades griegas parece encallada precisamente por las diferentes prioridades de ambas partes. Para los acreedores, buscando un crecimiento a futuro más sólido y sostenible. Para las autoridades griegas, aplazando o simplemente descartando medidas de ajuste. Y no me refiero a nuevas medidas de ajuste: aquí se está hablando de las medidas de ajuste que fueron la contrapartida al Segundo Programa de asistencia. La credibilidad a la que se refiere el Ministro belga también se centra en la garantía jurídica de los acuerdos tomados por un gobierno....¿quedan en nada si se produce un reemplazo por otro gobierno? No es ya una cuestión de Grecia como un peligroso precedente considerando lo que aún resta por avanzar para alcanzar la unión fiscal y política.

La Comisión Europea admitió ayer que se prepara ya para cualquier escenario, incluyendo una demanda colectiva ante un impago de la deuda griega.

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Praet del BCE repitió ayer algo que no escuchaba desde el inicio de la Crisis: el riesgo que suponen las elevadas deudas públicas en la zona. Y no sólo como factores que pueden limitar la solidez del crecimiento a futuro, afectando al consumo privado o margen de maniobra de las finanzas públicas. De hecho, al igual que repiten para Grecia el economista del ECB pidió la aplicación de reformas estructurales y medidas de oferta que complementen a las demanda. Con todo, sin decirlo, es claro como la mejora de las condiciones financieras proporcionando capacidad de compra e inversión al sector privado ha sido clave para la mejora económica que todos sentimos. Pero, en paralelo, puede tener un efecto pernicioso en los ajustes pendientes entre otros precisamente en las finanzas públicas. Es llamativo como la credibilidad a la supervivencia del EUR que han supuesto las medidas extraordinarias desde el ECB podrían precisamente en el futuro en convertirse en un lastre para sus sostenibilidad. La diferencia entre ambos credibilidades viene dada porque la primera favorece la inversión financiera mientras la segunda dificulta la inversión productiva. No lo vean como una excepción a nivel mundial: llevamos años discutiéndolo en el caso del Abenomics.

¿Y qué pasa entonces con Grecia? Según publica el Telegraph, el Gobierno griego también tiene un plan alternativo al acuerdo que incluye controles de cambio, nacionalización de la banca y un banco central más independiente. ¿Significa esto que saldrían del Euro? Lo interesante del artículo es que no alude al ejemplo de Chipre sino más bien al de Islandia.

Pero Grecia no es Islandia. No tiene gas, no es un país pesquero. No tiene depósitos no nacionales (pero si deuda oficial). Y especialmente, Islandia no pertenecía al Euro. Grecia es Grecia, cuando las autoridades europeas pretenden precisamente evitar comparaciones siempre complejas en una unión como el EUR que aún dista de ser óptima.

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