Theresa May, la primera ministra en su nebulosa

Los líderes europeos de los ochenta detestaban a Margaret Thatcher, perenne chinita en sus zapatos. Pero también la admiraban. El[…]

Los líderes europeos de los ochenta detestaban a Margaret Thatcher, perenne chinita en sus zapatos. Pero también la admiraban. El malicioso y sagaz Mitterrand llegó a definirla así: «Tiene los ojos de Calígula y los labios de Marilyn Monroe». Entre el público inglés es leyenda la bravura de hormigón armado con que la Dama de Hierro defendía los intereses británicos en Bruselas. En una cumbre comunitaria de 1984 sobre repartos presupuestarios, Thatcher, con su inseparable bolso plantado a su vera, comenzó a palmear la mesa con vehemencia mientras exigía: «I want my money back!». Con su coraje ganó aquella disputa y logró rebajar la contribución británica.

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