Un mausoleo andaluz
Andalucía era un microclima social. En él, nada se ajustaba a reglas políticas. Sí, a las lógicas caritativas en las[…]
Andalucía era un microclima social. En él, nada se ajustaba a reglas políticas. Sí, a las lógicas caritativas en las cuales se veía presa una ciudadanía sin más ingreso que el de las subvenciones. Nadie que viva de la benevolencia ignora lo que eso impone: la limosna es un don arbitrario. Y un cambio en quien administra los fondos dispara el riesgo de perder las mercedes. Cambiar de señorito se antojaba, así, un peligro. No hay lógicas políticas, allá donde el fin de mes se sabe incierto.