Un rebote o un simple respiro

Como casi siempre suele ocurrir, inversores y gestores decidieron retocar sus carteras en busca de posiciones más conservadoras a finales de la segunda semana de febrero, en mínimos anuales y justo en el momento de iniciarse un rebote de las cotizaciones. Desde aquellos días, el Ibex35 ha subido en torno al 12 por ciento, aunque sin llegar a recuperar las posiciones perdidas en los tres últimos meses. Son estos movimientos los que enseñan al inversor el funcionamiento de los mercados y los que engrasan o bloquean las relaciones con sus gestores y asesores. Ante esta situación, lo primero que tiene que hacer un inversor es asumir que no siempre se acierta y que, a menudo se cometen errores. No hay ningún inversor que acierte siempre en sus decisiones por mucho que no las quiera reconocer. Esto no son errores graves por mucho que en el camino se haya quedado algo -o bastante- de rentabilidad. Lo grave es no diversificar, colocar el dinero en productos que no se entienden, no cuidarse de los gastos y comisiones... Los riesgos del mercado son propios del mercado y, por tanto, ha de asumirlos cualquiera que pretenda arrancarle alguna rentabilidad.

En cualquier caso, siempre hay que pensar que el miedo a que la caída fuera todavía más profunda ha colocado nuestra cartera en un perfil de riesgo donde nos sentimos más tranquilos. Además, no se sabe si este rebote es un simple respiro a la vista de que las incertidumbres sobre la recesión en Estados Unidos, China y el petróleo no se han despejado.