Banco Santander y BBVA alegran la renta fija con cupones del 7%

Dos bonos de Banco Santander y BBVA ofrecen altos rendimientos en un contexto de escasas ganancias en la renta fija

En un contexto de alta incertidumbre económica en el que el Banco Central Europeo no aclara cómo combatirá exactamente la alta inflación de la eurozona y el mercado de renta fija no escapa de la sangría del mercado, Banco Santander y BBVA ofrecen unos importantes refugios de valor gracias a unos bonos perpetuos que rondan la rentabilidad del 7 por ciento.

Los bonos perpetuos XS1951093894 de Banco Santander, que cuentan con un cupón inicial del 7,5 por ciento, y los bonos US05946KAF84 de BBVA, cuyo interés nominal es del 6,125 por ciento, cotizan en estos momentos a precios atractivos para los inversores.

Los intereses ofrecidos por estos instrumentos de deuda, además, se mantendrán intactos durante los próximos años, dado que las primeras fechas de restablecimiento del cupón están fijadas en 2024 y 2027, respectivamente.

Banco Santander reforzó su capital con 1.200 millones

Banco Santander llevó a cabo la emisión de 1.200 millones de dólares de deuda a través de su bono perpetuo XS1951093894 en febrero de 2019, asignando un valor nominal a cada instrumento que, de acuerdo al folleto publicado por la entidad financiera, era de 200.000 dólares por bono.

El interés del 7,5 por ciento devengado anualmente por estos instrumentos, por tanto, suponía el cobro por parte de los bonistas de 15.000 dólares, pagados a través de cuatro retribuciones trimestrales a lo largo del año.

La alta remuneración ofrecida por estos bonos se tradujo en una rápida escalada de su precio en el mercado secundario de deuda, llegando a alcanzar hasta el 110 por ciento de su valor tras los primeros meses de la emisión de los mismos, de acuerdo a los datos ofrecidos por la Bolsa de Frankfurt. Su rentabilidad, en consecuencia, bajó hasta el 6,8 por ciento.

En el escenario actual de retribuciones cercanas al 3 por ciento por parte del Tesoro americano, no obstante, el valor de los bonos perpetuos de Banco Santander se sitúa en torno al 102 por ciento de su valor nominal, lo que deja una rentabilidad del 7,3 por ciento.

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Así pues, un inversor que comprara ese bono en estos momentos, lo haría a un precio cercano a los 204.000 dólares, y tendría el pago garantizado de este 7,5 por ciento del valor nominal, como mínimo, hasta el 8 de febrero de 2024.

Es decir, que podría cobrar unos 22.500 dólares entre 2022 y 2023, y esperar que el precio del bono volviera a recuperar fuerza. Y en el caso de que este volviera a un precio un del 110 por ciento, esto supondría venderlo por alrededor de 220.000 dólares.

La apuesta de la pandemia

Algunos bonistas, de hecho, pudieron extraer importantes beneficios durante la pandemia aplicando esta estrategia de compra y espera a su revalorización. Y es que, a fecha del 19 de marzo de 2020, el precio de los bonos perpetuos de Banco Santander se quedó en un 71 por ciento de su valor nominal, o lo que es lo mismo, en torno a los 142.000 dólares.

La compra de estos instrumentos en esos niveles, por tanto, implicaba recoger una rentabilidad de hasta el 10,5 por ciento de una entidad calificada con un rating 'A-' por parte de Fitch, que esta misma semana, por ciento, ratificó su nota sobre la entidad española.

Los primeros meses de la pandemia, claro está, fueron periodos de gran inestabilidad en la que el temor ante el futuro de los bancos hundió tanto el precio de sus bonos como el de sus acciones.

Un ejemplo de este miedo generalizado es que los bonos US05946KAF84 anteriormente mencionados de BBVA, también vieron como se desplomaba su precio respecto a su valor nominal de 200.000 dólares.

Según los datos recogidos por Bloomberg, este bono perpetuo de BBVA cotizó el 23 de marzo a un 61,9 por ciento de su valor nominal, dejando una rentabilidad del 9,89 por ciento.

Los bonos BBVA mejoran su rendimiento

El valor de los bonos perpetuos de BBVA se recuperó rápidamente tras esa debacle pandémica, cotizando durante todo el 2021 a un promedio del 105 por ciento de su valor nominal.

En 2022, sin embargo, su precio volvió a bajar, cotizando ahora en torno a un 93 por ciento que fija su rentabilidad actual cerca del 6,6 por ciento.

Un desempeño que sin duda mejora al de otras emisiones de deuda soberanas y corporativas consideradas de poco riesgo, y que puede resultar muy atractivo para inversores institucionales interesados en refugios de rendimientos superiores a la media del mercado.

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