Los bonos de Grifols dejan atrás los mínimos del año

Durante la última semana de marzo, Grifols dio muestras de que la crisis desatada en su fuero interno está dando paso a un periodo de relativa estabilidad, y la última prueba de ello llegó desde el mercado de renta fija, donde los bonos de la empresa protagonizaron una subida que les permitió dejar atrás sus mínimos de cotización del año.

Y es que, después de sufrir el castigo de los bonistas durante febrero por culpa de la inestabilidad en su cúpula, de la rebaja realizada por Moody's al rating de la compañía, y de su indefinición acerca de las medidas que tomará para reducir su deuda, Grifols logró registrar algunas de las mejores subidas intradía dentro del mercado de bonos de alto rendimiento.

Unas subidas que pueden entenderse dentro por el breve remanso de paz que ofreció el contexto macroeconómico tras la volatilidad desatada dentro del sector bancario, pero también por la caza de gangas a la que se están lanzando algunos inversores después de este terremoto financiero.

Lo que sí descartaron diversas fuentes del mercado consultadas por finanzas.com, no obstante, es que esta subida estuviera relacionada con la proximidad de un anuncio de la empresa respecto a su esperada venta parcial en Shangai RAAS.

Una premisa que apuntalaron señalando que, incluso si esta ocurriera de forma inminente, Grifols "seguiría estando muy apalancada para los intereses que ofrecen sus bonos".

Grifols frena la sangría de sus bonos

Grifols tiene en el mercado cinco bonos emitidos entre 2017 y 2021, con vencimientos en 2025, 2027 y 2028, y cupones que oscilan entre un mínimo del 1,625 por ciento, hasta un máximo del 4,75 por ciento.

El instrumento de renta fija con el vencimiento más próximo, el XS2076836555, obligará a Grifols a devolver 837,9 millones de euros el 15 de febrero de 2025, y a fecha del 20 de marzo cotizaban a 0,91 céntimos por cada euro pagado para hacerse con él.

Esta cifra suponía un descenso del 2,91 por ciento respecto al inicio de 2023 que, sin embargo, se corrigió durante esta última semana, porque desde ese momento hasta el 30 de marzo, el bono subió un 1,63 por ciento.

Su rentabilidad, por tanto, quedó cerca del 1,7 por ciento.

Una cifra superior a su cupón original, pero que, como se explicaba anteriormente, está muy por debajo de los intereses pagados por otros bonos corporativos, o soberanos.

Un patrón que se extiende a casi toda su renta fija

Fijando la vista en el bono que ofrece un cupón nominal más alto, el bono USE57009AA55 denominado en dólares y con un interés nominal del 4,75 por ciento, puede verse que el comportamiento de su cotización es similar a la del anterior instrumento de renta fija.

A fecha del 27 de marzo, este bono cuajó sus mínimos del año al fijar un precio de 79 céntimos por euro, llevando su caída desde el 1 de enero de 2023 hasta ese momento a más del 8 por ciento.

Desde entonces hasta el 30 de marzo, en cambio, el bono de Grifols mejoró su valor cerca del 2,16 por ciento, devolviendo su precio hasta el entorno de los 81 céntimos por euro, y su rentabilidad hasta el 5,8 por ciento.

Los bonos XS1598757760 y XS2077646391, por último, calcaron los patrones de los dos instrumentos ya mencionados, propiciando que tan solo el bono XS2393001891 se saliera de la tendencia marcada por el resto de activos de Grifols.

Este último activo, cabe destacar, cayó de igual manera que el resto de papel de la cotizada del IBEX 35, llevando su descenso desde inicios del año hasta el 7 por ciento.

A fecha del 30 de marzo, sin embargo, este bono de Grifols, con un cupón del 3,875 por ciento y vencimiento en 2028, no había recuperado valor desde su desplome.

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