Grifols continúa su penitencia bursátil tras la apuesta por Biotest

La biotecnológica cae en el mercado bursátil a niveles de hace 5 años tras situar el precio de su acción en el límite de los 18 euros

Grifols sigue con su caída bursátil recurrente durante el 2021, y ha llegado a situar el precio de su acción en 18,035 euros a las 13.00, antes de recuperarse ligeramente para estabilizarse en torno a los 18,19 euros.

La bajada de la biotecnológica se mueve en torno al 2,17 por ciento durante la sesión del jueves, y supera ya el 24,5 por ciento en lo que va de año.

El precio cercano a los 18 euros, de hecho, ha acercado a Grifols a registros que la compañía catalana llevaba sin ver más de cinco años, cuando cayó hasta los 17,44 euros en noviembre de 2016.

El nuevo desplome de Grifols confirma la tendencia bajista de un mercado que ha vuelto a penalizar a la empresa tras un anuncio relacionado con Biotest.

Un anuncio que se vuelve en contra de la empresa

Las acciones de la compañía han cedido terreno en la bolsa el mismo que día que Grifols ha comunicado a sus inversores la ejecución de su plan estratégico y su avance en la inversión en Biotest, así como su acuerdo con el fondo soberano singapurense, GIC.

Por un lado, Grifols ha confirmado que tanto la junta directiva como el consejo de supervisión de Biotest han respaldado la inversión de Grifols en su empresa, recomendando a los accionistas minoritarios la aceptación de la OPA presentada por la compañía española.

La junta y el consejo de Biotest afirman en el anuncio a sus inversores que "la oferta es justa para los accionistas de Biotest" y que la implementación de la misma "beneficia a la empresa y a los accionistas".

Grifols también explica que "tras un análisis exhaustivo, ambos órganos han llegado a la conclusión de que la combinación de negocios de Grifols y Biotest constituye una oportunidad única para aumentar la disponibilidad de terapias plasmáticas, así como para impulsar el desarrollo de nuevos productos y proyectos de I+D".

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Un alivio de la deuda

Al cierre de las últimas cuentas presentadas por Grifols, las del primer semestre de 2021, la deuda ascendía hasta los 6.476 millones de euros, con una ratio deuda/ebitda de 4,9 veces.

La adquisición de Biotest por 1.100 millones de euros hará que el ratio crezca hasta las 5,4 veces a causa de la emisión de deuda de Grifols mediante bonos por por valor de 2.000 millones de euros para financiar la operación.

El grupo ha asegurado seguir trabajando con el objetivo de situar su ratio de endeudamiento por debajo de 4x en 2023, y por debajo de 3,5x en 2024.

Para lograr este objetivo, la compañía confía en la inyección de GIP, el fondo soberano de Singapur, gracias al cual Grifols ha afirmado que podrá reducir su endeudamiento en 841 millones de euros.

Esta cantidad de dinero llegará a Grifols a cambio de un porcentaje de su participación en Biomat USA, la filial estadounidense de la multinacional española de la que GIC se convertirá en inversor estratégico para Grifols.

La deuda incentiva los planes de crecimiento

Pese a la fuerte caída de sus acciones, Grifols ha mostrado confianza en su perspectivas de futuro, afirmando que "la demanda de productos y soluciones de todas las divisiones de Grifols se mantiene muy sólida, en un entorno en el que destaca el incremento de precios de las principales proteínas plasmáticas en las regiones principales donde opera la compañía".

La compañía espera que estos incrementos de precios se mantengan en 2022, y ha sacado músculo ante la apertura prevista de 20 centros de plasma en Egipto para el periodo 2022 y 2023, que se unirán a los 355 centros distribuidos por todo el mundo.

Hasta septiembre de 2021, destaca la compañía en su comunicado, Grifols "ha avanzado en la ejecución de su plan de expansión para incrementar el aprovisionamiento de plasma mediante la adquisición de 32 centros de plasma y acuerdos de suministro.

A 31 de diciembre de 2021, la biotecnológica espera que la red de centros de plasma en Estado Unidos y Europa aumente hasta los 370 centros totales.

Los bonistas se mantienen impasibles

Grifols continúa su plan de expansión haciendo oídos sordos al mercado, amparada en gran parte en la última emisión de bonos de 2.000 millones de euros de deuda que realizó el pasado 5 de octubre.

Al contrario que los accionistas, los bonistas, que en agosto avalaron el acuerdo estratégico de la compañía con GIC con un 90% de consentimientos a la reorganización interna necesaria para dar cabida al fondo, sí parecen apostar por la marcha de la empresa.

Todos los bonos emitidos por la empresa catalana, pese a contar con calificaciones crediticias que bailan entre el B- y el BB-, están cotizando lateralmente a la par.

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