El riesgo climático amenaza a Grifols como a pocas compañías en el mundo

Grifols es una de las 50 empresas que el Institutional Investors Group on Climate Change (IIGCC) sitúa entre las más expuestas al riesgo climático

La erupción del volcán de la isla de La Palma ha vuelto a poner de relieve las consecuencias que los fenómenos naturales tienen tanto en las personas como en la actividad económica.

Algunos de estos fenómenos no son mitigables pero otros están directamente ligados con el cambio climático, como se ha percibido este pasado verano con las históricas inundaciones en Alemania o los incendios forestales en Grecia.

Una situación de riesgo como consecuencia del calentamiento global que puede tener repercusión directa en el sector financiero, como advierte de forma reiterada el Banco Central Europeo. Pero también en las empresas industriales, como las farmacéuticas o las ligadas al sector agroalimentario.

Y hay compañías con una exposición más significativa. El lobby Institutional Investors Group on Climate Change (IIGCC) acaba de publicar un análisis en el que apunta 50 compañías con significativos riesgos ligados al clima.

Percepción del riesgo ESG

Esta firma representa a cerca de 60 grandes inversores, con activos bajo gestión o asesoramiento que, de forma conjunta, alcanzan los 10.000 billones de dólares. Entre las organizaciones que integran IIGCC, firmas como Goldman Sachs, Aviva, Robeco, Allianz, HSBC o MacQuarie, entre otras. 

El análisis, bajo el título ‘Building Resilience to a Changing Climate’ también pretende ser una guía para esos mismos inversores a la hora de evaluar y valorar cómo de expuestas están las cotizadas a fenómenos directamente ligados al cambio climático, como los incendios, las inundaciones, los huracanes o la sequía.

Y, para ese análisis, se ha basado, a su vez, en las evaluaciones que realiza Four Twenty Seven, especializada en ESG y que forma parte de la agencia de calificación Moody’s.

El listado completo de empresas

Con esos mimbres, IIGCC incluye en ese potencial riesgo a medio centenar de compañías. En el informe no desglosa la identidad de las compañías que se han convertido en su objetivo de engagement. Medio centenar de empresas a cuya identidad ha tenido acceso SOCIAL INVESTOR. La única española en el grupo es Grifols.

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Junto a ella, figuran en este listado Aboitiz Equity Ventures, Inc., Air Liquide SA, Ajinomoto Co., Inc.,Allergan Plc, ams AG, Arkema SA, Campbell Soup Co., Centrica Plc, CMA CGM SA, Covestro AG, CSX Corp., Delta Air Lines, Inc., Dialog Semiconductor Plc, Dominion Energy, Inc., Endo International Plc, FirstGroup Plc, Formosa Plastics Corp., Galp Energia SGPS SA.

También, Infineon Technologies AG, Jabil, Inc., K+S AG,  Kerry Group Plc, LANXESS AG, Lite-On Technology Corp., Logitech International SA, Lonza Group AG, LyondellBasell Industries NV, Marvell Technology Group Ltd., Medtronic Plc, MISC Bhd., Nan Ya Plastics Corp., Nestlé S.A., NextEra Energy, Inc., Nippon Express Co., Ltd.

Completan el grupo, Nissin Foods Holdings Co., Ltd., Nokia Oyj, Norfolk Southern Corp., Panalpina Welttransport (Holding) AG, Public Service Enterprise Group, Inc., Renesas Electronics Corp.,Roche Holding AG, ROHM Co., Ltd., Sanofi. Seagate Technology Plc, Solvay SA, STMicroelectronics NV, The Clorox Co., The Swatch Group AG y Valaris Plc.

Elevar la resiliencia y mejorar el ‘engagement’

El porqué de la elección de estas empresas, señala, es que los sectores en los que operan (energía y minería, transporte, servicios públicos, alimentación, tecnología y farmacia) no sólo tienen una exposición directa a los riesgos climáticos, sino que, además, deben desempeñar un papel esencial para la resiliencia del conjunto de la sociedad y que deben, por tanto, adaptarse a las circunstancias cambiantes. 

Por ello, IIGCC, indica, ha enviado una carta a las compañías para que se comprometan con los inversores a elevar esa resiliencia y mitigar los riesgos.

“Nuestro objetivo es aumentar el compromiso de los inversores, el ‘engagement’ en relación a los riesgos climáticos”, explica IIGCC. “A medida que aumentan las temperaturas globales, un creciente número de inversores se comprometen a alinear sus carteras con el Acuerdo de París”, que busca limitar el calentamiento global por debajo de los 1,5 grados. 

“Ambos, inversores y compañías, necesitamos ser más activos si queremos cumplir con esos objetivos de adaptación o resiliencia”. 

De esta forma, señalar a esas empresas no constituye una crítica en sí, sino una alerta para que estas trabajen, junto con los inversores que apuestan por ellas, en la mitigación de unos potenciales riesgos que dañan las expectativas de ambos. 

El informe recuerda que, bajo la regulación europea, Sustainable Finance Disclosure Regulation (SFDR), los inversores deben relevar cómo están integrando las consideraciones de sostenibilidad en sus procesos de inversión y, de ahí la exigencia de medir cómo de expuestas están las empresas al calentamiento global y sus consecuencias.

En un escenario de aumento de las temperaturas de 1,5 grados, se elevan en un 41 por ciento los riesgos de incendios en el área mediterránea, indica el documento. Si el calentamiento es mayor -la situación actual- la probabilidad de estos sucesos se eleva en un 62 por ciento. 

Impacto en la cuenta de resultados

Como consecuencia de esos riesgos al alza, las empresas se enfrentan a posibles repercusiones financieras, que abarcan desde la reducción de sus ingresos anuales,  el aumento de sus gastos, la pérdida de valor de sus activos o no poder hacer frente a sus deudas, además de posibles dificultades de acceso a los mercados de capitales y de financiación. 

IIGCC señala los pasos que deberían dar las empresas. El primero, válido para todas independientemente del sector en el que operen es comprender y publicar el impacto financiero que han tenido en ellas recientes eventos climáticos, sus costes, efectos en sus inventarios o el coste en reparaciones o mitigación de daños que hayan tenido que efectuar.

En el sector industrial, en el que estaría la empresa española o el fabricante de relojes Swatch (dueño de Omega), es desglosar el impacto material de esos riesgos climáticos en su cadena de valor, tanto en mano de obra, en sus bienes de equipo, consumo de energía o mercados, entre otros.

Además, de cara al futuro, también tienen que prever las consecuencias del cambio climático y evaluarlo. Es decir, un análisis del pasado y otro prospectivo.

“Las empresas pueden divulgar futuros impactos utilizando proyecciones basadas en las métricas de eventos ya vividos”, ahonda. Y, a futuro, indica, deben desglosar los futuros riesgos de todas sus instalaciones, al menos de las que sean críticas para su actividad y de sus proveedores esenciales. Sin olvidar, añade, las potenciales inversiones que tendrán que realizar para adaptar su actividad. En definitiva, más y mejor información.

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