El sector de energías renovables de la bolsa española hace aguas
La caída de los precios en la última subasta y los indicios de excesivas valoraciones en renovables desatan la inquietud
Las cotizadas españolas de energías renovables cerrarán el primer mes del año encajando un fuerte castigo y a la cola del mercado. Después de la fuerte subida cosechada con el coronavirus, la sobrecompra, la rotación y los precios de subsasta comienzan a pasar factura.
Dentro del IBEX 35, el farolillo rojo es Solaria, con una caída que supera el 9%. En el mercado continuo, el panorama es todavía más oscuro, pues los tres últimos puestos son para Solarpack, que pierde el 23%, Soltec y Grenergy renovables, ambos con recortes del 18%.
La victoria de Joe Biden supuso un fuerte catalizador para todo el sector. El demócrata viene con una agenda bajo el brazo que incluye un fuerte impuso a las energías verdes, aunque por ahora se ha centrado en combatir al coronavirus y apenas han trascendido noticias.
Con todo, la marea azul permitió al sector renovable disfrutar de un rally navideño en condiciones, lo que dejó a algunos valores como Solarpack o Grenergy marcando máximos anules.
Goldman Sachs abrió la caja de los truenos
Sin embargo, el año comenzó torcido para Solaria, el gigante del sector. Se encontró como regalo de Reyes con un duro informe de Goldman Sachs que nubló sus perspectivas y forzó a los expertos del banco estadounidense a retirar el consejo de ‘comprar’ tras un rally del 64%.
El fabricante de paneles solares pagó los platos rotos con un desplome del 13%, pero la advertencia caló con fuerza en todo el sector. Las alzas habían ido demasiado lejos. “Por eso que hemos visto unas correcciones tan pronunciadas”, apunta Sergio Ávila, analista de IG.
En Goldman Sachs no vaticinaban malas perspectivas para el sector a largo plazo, pero en el caso de Solaria si veían una progresiva pérdida de cuota de mercado, desde el 30% actual al 20% que estiman a mediados de la década. Habían sido muy optimistas, casi de manera agresiva, por lo que el giro en la valoración causó cierta inquietud.
Además, como recuerda Ávila, el mercado comenzó a contemplar “la posibilidad de una pequeña burbuja”. En algunas partes de España hay volúmenes de potencia que por ahora superan las necesidades actuales, generando un entorno “demasiado acelerado y en ocasiones algo caótico”, apunta experto.
El remate de la subasta
Por si fuera poco, la última semana de enero comenzó con la subasta de precios que establece el marco retributivo en el sector de las energías renovables, de acuerdo con el Real Decreto 960/220.
Tampoco vino con buenas noticias, ya que los precios quedaron por debajo de los alcanzados en los últimos acuerdos de suministro de energía eléctrica a largo plazo, conocidos como PPA, que se quedaron cerca de los 25 euros en promedio por megavatio/hora.
El precio promedio en la subasta implica un descuento de 25%-30% en comparación con el precio de referencia de los acuerdos de compra de energía firmados recientemente, señaló el analista de Alantra Equities, Fernando Lafuente.
“Los bajos precios adjudicados podrían presionar los precios de los PPA a medio plazo, lo que afectaría la rentabilidad de nuevos proyectos renovables”, dijo Lafuente.
Más compañías para comerse una tarta más pequeña
La observación de este experto ilustra las derivadas inquietantes que dejó una subasta en la que participaron hasta cien empresas distintas. Cada vez hay más empresas dispuesta a comerse una tarta, la de los precios de la electricidad, que no para de menguar.
Las subastas futuras pueden cambiar, pero los resultados muestran que hay muchos actores en el mercado solar español y algunos “están dispuestos a participar a precios notablemente más bajos”, apunta en UBS.
El miedo era este, la caída de precios que se ha visto con toda la tecnología que se ha ido introduciendo en el sector renovable”, apunta Rafael Bonardell, analista de Intermoney. “Y es una tendencia que tendrá que seguir”, añade este experto.
De hecho, en Intermoney calculan que precios de 27 euros no se alcanzarían hasta 2040, pero la subasta reflejó que al menos algunos megavatios ya se están pagando por debajo de estos niveles.
Las bajas barreras de entrada presionan los precios
El problema es que la presión de precios excesiva en la energía solar está impulsada por las bajas barreras de entrada, lo que ha permitido la aparición de un gran número de jugadores.
La energía solar tiene un coste de desarrollo más bajo que otras tecnologías, con lo que existe el riesgo de que el exceso de oferta y capacidad termine por presionar aún más la tendencia bajista de los precios.
Ahora bien, está por ver cómo se cuadran los números. “Nos cuesta ver que la caída de los costes de instalación permita compensar los menores precios de la electricidad para estos proyectos de subastas”, explican en Renta 4 Banco.