Los grandes inversores pasan por alto la mala racha de Endesa
Endesa pierde fuerza en bolsa, pero los grandes inversores mantienen su optimismo respecto a la energética
El momento en el que terminó Endesa el 2021 dio paso a un inicio de 2022 en que la empresa ha perdido hasta un 6 por ciento en su cotización, rebajando su precio hasta los 18,89 euros donde se situaban sus acciones a pocas horas al cierre del 7 de febrero.
La caída de la energética en las últimas semanas, no obstante, no ha alterado el optimismo de un mercado que sigue viendo un potencial de retorno del 26 por ciento para sus acciones, y que espera que esta posición se ratifique en la presentación de resultados del próximo 22 de febrero.
El recorte de Endesa presenta una oportunidad
De acuerdo al consenso de analistas consultados por finanzas.com, el precio objetivo de Endesa en los próximos 12 meses debería estar muy cerca de los 24 euros, más exactamente, en 23,96 euros.
Respecto a los 18,8 euros a los que ha bajado la cotización de Endesa tras estas semanas, este pronóstico ofrece un potencial de retorno que lleva a 16 de 26 analistas a emitir recomendaciones de compra o sobreponderación sobre sus títulos, optando los diez restantes por mantenerse neutrales respecto a los mismos.
El hecho de que ningún analista considere la venta de acciones de Endesa como una buena opción es indudablemente relevante, de igual manera que lo es el hecho de que la proyección más bajista de todas las emitidas por el consenso otorgue a las acciones un precio de 20 euros.
Tasación que, pese a ser inferior a la media, seguiría suponiendo una revalorización de las mismas respecto a su nivel actual.
La compañía dirigida por José Bogas no logra alcanzar la estabilidad bursátil que, pese a haber agotado su recorrido a ojos de muchos expertos, sí gozan compañías como Naturgy; y en la búsqueda de ese equilibrio se encuentra con propuestas que la desestabilizan, como la presentada por Unidas Podemos para subir diez puntos el impuesto de sociedades a las eléctricas.
El mercado, sin embargo, ve esta caída como una oportunidad de entrada en la compañía, como denota el hecho de que JB Capital Markets, Bestinver Securities y GVC Gaesco hayan ratificado sus apuestas.
En el último mes y medio, además, Endesa ha visto como Caixabank y Morningstar modificaban sus recomendaciones neutras por un consejo de compra, elevando ambas entidades el precio objetivo asignado a 23,8 y 22,3 euros, respectivamente.
Los resultados pueden marcar esta recuperación
Una de las perspectivas más alcistas respecto a Endesa la ofrece JP Morgan, que en su último informe de valoración de la empresa le otorgaba un precio objetivo de 25 euros a la vez afirmaba que sus perspectivas de aumento de los márgenes, "impulsadas por los precios y el aumento de la capacidad", deberían llevar a los inversores a largo plazo a revisar sus intereses en la compañía.
Gran parte de este optimismo radica en su visión de que Endesa supere en un 2,5 por ciento el ebitda estimado por el consenso de analistas en términos subyacentes (mayor precio de la energía y coberturas de materias primas) y en un 8,6 por ciento en términos reportados (recuperación de impuestos hidráulicos pasados).
La previsión otorgada por el consenso para el ebitda de la compañía española es de 3.925 millones de euros, cifra que JP Morgan eleva hasta los 4.248 millones de euros.
En este escenario, además, la entidad financiera estadounidense espera "una sorpresa positiva en el dividendo".
El banco, por tanto, augura que la publicación de los resultados de 2021 "no solo debería demostrar que el consenso de Bloomberg para el año fiscal 21 es demasiado bajo, sino que también debería respaldar un aumento de las perspectivas de beneficios a medio plazo para Endesa".
El contraste de perspectivas
La tónica generalizada de esperanza respecto a los instrumentos financieros de renta variable de Endesa contrastan con los de su renta fija, a los que la agencia de calificación crediticia Fitch ha bajado un escalón desde la nota A- a la BBB+.
De acuerdo con la agencia, la rebaja refleja principalmente un aumento previsto del apalancamiento a medio plazo, más allá de sus niveles históricos, debido a que la visión de Endesa hasta 2030 incluye el aumento de las inversiones a un ritmo promedio mucho más rápido del normal, "lo que sugiere una posible presión sobre su perfil de crédito".