Grifols sale de mínimos pero el mercado desconfía
Grifols coge un leve impulso, insuficiente para recuperar la confianza, después de marcar mínimos de los últimos diez años
Para Grifols, el día de los enamorados del pasado 14 de febrero sirvió para marcar unos mínimos de cotización de la última década, una cifra maldita que quedó en torno a los 14,4 euros.
Pese a que el registro resultó dramático, este mínimo sirvió como punto de soporte para frenar sus caídas de los últimos meses. Desde esta base, los títulos de la compañía intentaron varios rebotes que encontraron su techo en la frontera de los 17 euros.
El último mes, de hecho, sirvió para ilustrar esta tendencia de valles y picos en la gráfica de Grifols. La cotización pasó de los 16,3 euros del 22 de marzo hasta los 17,5 euros logrados el martes 5 de abril, previo paso por una pendiente que le acercó a los 15,3 euros.
Desde este mencionado máximo de 17,5 euros de los últimos 30 días, la cotización de la farmacéutica volvió a entrar en una espiral bajista que, sin embargo, consiguió alejar momentáneamente el soporte de los 14 euros, registrando un precio mínimo intramensual de 15,13 euros que precedió a una subida del 9,5 por ciento en la última semana.
De esta manera, Grifols cogió aire ante la especulación que rodea a sus opciones de recuperación tras la crisis sanitaria, mientras que el mercado seguía debatiéndose ante el futuro de la compañía.
¿Ha pasado ya lo peor para Grifols?
"En función de los resultados del ejercicio 2021 y de la última dinámica de recogida de plasma, realizamos importantes rebajas (a las previsiones financieras de Grifols)", explicaban desde JP Morgan en su último informe sobre la compañía.
El recorte de la entidad financiera norteamericana pasaba, principalmente, por la reducción de los márgenes brutos, llevando al banco a disminuir los ingresos previstos para Grifols en un rango del 3 al 4 por ciento durante el periodo 2022-26. Esta rebaja, explicaban, respondía a la expectativa de que haya "una recuperación más lenta de las colectas de plasma y a un impacto retardado en el suministro de productos".
El análisis de JP Morgan, no obstante, destacaba que, en su opinión, el rendimiento operativo de Grifols "ya ha tocado fondo". Por ello, a pesar de recortar su precio objetivo hasta los 17,5 euros, mantenían su posición neutral respecto a los títulos de la cotizada del IBEX 35.
Desde Deutsche Bank, mientras tanto, no se mostraban tan seguros de que Grifols ya esté fuera de todo peligro, apuntando que, tras su decepcionante presentación de resultados del año 2021, tenían "una confianza muy limitada en la cadencia de la recuperación a lo largo de 2022".
Por este motivo, el banco alemán mantenía una postura neutral frente a la empresa catalana, dejando el precio objetivo de sus acciones en 17 euros.
JP Morgan y Deutsche Bank, eso sí, eran dos de las entidades más pesimistas respecto al futuro de Grifols, quedando aun así superadas por Bestinver Securities, que optaba por un consejo de venta sobre la compañía, otorgando a sus títulos un precio de 13 euros.
Barclays, otra de las entidades poco convencidas ante las perspectivas de Grifols, le otorgaba un precio de 16 euros que llegaba acompañado de una recomendación de venta, apuntando que no compartía la visión mayoritaria entre los analistas "de que la historia de la empresa vaya a ser la de una recuperación pospandémica".
El impulso de las acciones queda expuesto a especulaciones
Ante el hecho de que Grifols solo ofrece datos financieros semestrales, en vez de trimestrales, la presentación de resultados de los primeros seis meses de 2022, prevista para el próximo 29 de julio, apunta a ser una fecha clave para que Grifols aspire a recuperar su forma en el mercado de renta variable, así como a despejar las dudas sobre su capacidad para afrontar la deuda.
Mientras expertos e inversores aguardan para conocer más detalles sobre unas cuentas de un primer semestre de Grifols que den muestras de su recuperación tras la pandemia, los catalizadores de su cotización son, principalmente, las especulaciones y rumores del mercado.
Así, uno de los últimos detonantes de sus subidas fue la información publicada por la web de fusiones y adquisiciones, Betaville, en la que se aseguraba que algunos grupos de capital privado estaban interesados en adquirir la farmacéutica española, noticia que provocó un incremento de hasta el 10 por ciento en su cotización.
Pese a esta incertidumbre alrededor de la cotizada del IBEX 35, el precio objetivo promedio extraído del consenso de analistas a cargo de la farmacéutica se situaba en 22,55 euros, cifra que se traduciría en un potencial de retorno del 37,1 por ciento respecto a su cotización de 16,45 euros del viernes 22 de abril.
Grifols ofrece muchas dudas y poca visibilidad, pero, de momento, respira tras marcar sus cotas más bajas en años.
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