Grifols ya es el valor con peor rendimiento del IBEX 35 en 2023
Grifols se convierte en el peor valor del IBEX 35 en 2023 después de perder cerca del 30% desde que anunció la dimisión de Steven F. Mayer
La deriva bursátil iniciada por Grifols después de que Steven F. Mayer dimitiera como presidente tras solo cuatro meses en el cargo, y extendida con la presentación de unos resultados que llenaron de dudas a los inversores, alcanzó una nueva cota el 13 de marzo, cuando la biofarma se convirtió en la empresa con peor rendimiento del IBEX 35 en todo lo que va de 2023.
Al paso de la media sesión de este lunes 13 de marzo, Grifols acumulaba una caída intradía de cerca del 3,2 por ciento que suponía registrar su octava jornada de números rojos en la bolsa.
Y con este desplome, la empresa ahora dirigida por Thomas Glanzmann no solo llevó el precio de sus acciones por debajo de los 10 euros, algo que no hacía desde el pasado mes de diciembre de 2022, sino que también alcanzó esta mencionada distinción como valor más castigado del índice nacional.
Un descenso hasta los infiernos del IBEX 35, asimismo, que se produjo de forma vertiginosa, puesto que Grifols era la segunda mejor compañía del indicador a fecha del 21 de febrero.
Al cierre de ese día, no obstante, Grifols anunció la salida de Steven F. Mayer, y desde ese momento entró en una espiral destructiva que, hasta la fecha, le llevó a perder alrededor del 30 por ciento en su cotización.
Este recorte, por tanto, llevó sus pérdidas desde inicios del año al umbral del 7 por ciento, cifra negativa superior al 6 por ciento perdido por las otras dos compañías que ocupan la cola del IBEX 35, como Merlin Properties, o Acciona Energía.
Tres semanas terroríficas para Grifols
Si bien la herida bursátil de Grifols se produjo tras la salida de Steven F. Mayer y el nombramiento de Thomas Glanzmann como nuevo presidente — como demostraron las pérdidas de más del 10 por ciento en las acciones de la compañía durante la jornada inmediatamente posterior a la comunicación —, el motivo de que los inversores hurgaran en la misma durante las semanas posteriores fue la mala recepción del mercado a los resultados de 2022, presentados el 28 de febrero.
En esta sesión del 28 de febrero en la que Grifols anunció un incremento del 10 por ciento en su beneficio, así como una recuperación de sus ingresos hasta los 6.064 millones de euros, los títulos de la empresa perdieron casi un 10 por ciento en su valor.
Es decir, que en la semana que transcurrió del 21 de febrero en que Grifols comunicó el relevo de su presidente hasta que publicó sus resultados del 2022, la empresa se dejó casi un 20 por ciento en su valor a causa de la inestabilidad en su cúpula, y de unas previsiones pesimistas respecto a sus márgenes para 2023.
El problema, no obstante, es que el castigo a la compañía por parte de expertos e inversores continuó extendiéndose a lo largo de las dos semanas siguientes a este gran descenso de finales de febrero, llevando a Grifols a este paulatino declive de principios de marzo en el que se anotó hasta ocho jornadas en rojo, con correcciones que variaron entre el 0,32 y el 3,2 por ciento.
En medio de esta vorágine, además, el contexto macroeconómico tampoco ayudó a Grifols, puesto que las bolsas mundiales se tambalearon por el miedo desatado por Silicon Valley Bank a una crisis financiera global.
El consuelo de la compañía pasa por el mantenimiento de su precio objetivo
El único consuelo de Grifols tras volver a ver de cerca sus peores niveles de 2022, eso sí, es que los expertos optaron por no rebajar los precios objetivos asignados a sus títulos, a pesar de que sí expresaron su confusión en torno a las previsiones de la compañía para 2023, y a sus planes de desapalancamiento.
Así pues, al contrario de unos meses de octubre y noviembre en que la compañía sufrió tijeretazos a su precio objetivo de parte de entidades como Barclays, estas semanas pésimas para Grifols no se tradujeron en recortes por parte de las casas de análisis.
Por ello, la cotizada del IBEX 35 cuenta ahora con un potencial de retorno del 73,5 por ciento sobre su cotización actual, si se toma en cuenta el precio objetivo de 17,32 euros establecido como promedio por el consenso de analistas.
Pero si Grifols quiere alentar las posibilidades de que este avance se materialice, tendrá que despejar la duda en torno a sus planes de desinversión en China, además de reiterar la buena recuperación de sus cifras de negocio una vez que presente sus resultados del primer trimestre de 2023.
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