Iberdrola se queda sin argumentos para mantener el impulso alcista 

Los analistas coinciden en señalar que Iberdrola es una gran compañía, pero le faltan argumentos para seguir subiendo. Desde los máximos históricos de octubre cede un 7%

Iberdrola alcanzó sus máximos históricos el 16 de octubre pasado, en los 14,175 euros, consolidándose como uno de los gigantes de la bolsa española. Si bien, las acciones de la eléctrica han perdido fuelle desde entonces. En concreto, desde ese día se anotan un retroceso del 7 por ciento, hasta niveles de 13,1 euros. 

Uno de los motivos que han provocado el desinfle de la acción es la amenaza que supone la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, pues el magnate es contrario al desarrollo de las energías renovables (donde Iberdrola tiene intereses en los Estados Unidos). 

Si bien, los expertos creen que la victoria del republicano supone más ruido negativo que un daño real para Iberdrola

“Trump no es la mejor opción para las compañías con intereses en renovables. Pero, en el caso de Iberdrola, el impacto es limitado porque, básicamente, lo que más tiene en Estados Unidos son redes. Y se trata de un negocio que, independientemente de Trump, va a ir a más en todo el mundo por la electrificación de la economía. Además, este tema se regula a nivel estatal, no de país, con lo cual no debería haber mucho vaivén”, explica Ángel Pérez, analista de Renta 4. 

Por la parte de las renovables, Iberdrola sí tiene inversiones en energía eólica marina en Estados Unidos, pero Pérez tampoco cree que vaya a sufrir por ese lado. 

“De momento, no hay nada, más allá del ruido que está provocando”, añade. 

A Iberdrola le queda poco potencial 

El segundo factor que puede estar presionando las acciones de Iberdrola a la baja es el hecho de que apenas les queda potencial. 

Según el consenso de analistas, este se sitúa en el 7,3 por ciento hasta un precio objetivo promedio de 14,14 euros. 

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Quizá por eso, solo el 38,2 por ciento de los expertos recomienda comprar, frente a una opinión mayoritaria a favor de mantener, del 55,9 por ciento (y un 5,9 por ciento que cree que es momento de vender). 

Y es que, aunque se trata de una “de las compañías con mejor modelo de negocio del mundo”, a la altura de gigantes como Apple, Microsoft y Coca-Cola, según dijo Morgan Stanley esta misma semana, muchos creen que está bien valorada a los precios actuales. 

“Las empresas de gran calidad en España, como Iberdrola o Inditex, son empresas muy diversificadas a nivel geográfico y de actividades, con visibilidad muy alta en beneficios, que crecen bien y sin mucho problema. Pero suelen estar cerca de su precio objetivo y es complicado cogerlas baratas a no ser que pase alguna cosa inesperada a nivel de mercado, como la pandemia o la guerra, y ahí se puedan dar oportunidades”, apunta Victor Peiro, director de análisis de GVC Gaesco. 

Iberdrola, sin catalizadores en el horizonte 

Pero, además de estar bien valorada por el mercado, Iberdrola presenta otro obstáculo para subir al alza, por mucho que todos reconozcan que se trata de una gran compañía: la falta de catalizadores. 

“Ahora mismo no le veo catalizadores. Está cerrando algunas operaciones pero no son catalizadores súper extraordinarios. Más bien, es una acción estable que va al tran tran de los resultados. A ese respecto, no espero sorpresas. Suele presentar buenos resultados, con crecimientos del ebitda alrededor del 7 por ciento”, avisa Peiro. 

Ángel Pérez coincide con él: “Hay pequeñas cositas que, todas en conjunto, podrían hacer que mejore. Pero, individualmente, tendrían un impacto limitado. Estoy hablando de algún tipo de operación corporativa, algún cambio regulatorio favorable o que no haya modificaciones significativas en las políticas actuales de Estados Unidos en cuanto a la energía eólica marina”. 

Una inversión de largo plazo 

Con todo, los expertos creen que Iberdrola es una empresa para tener en cartera de cara al largo plazo. Sobre todo, si se tiene la suerte de adquirirla en un momento de correcciones del mercado. 

“A mí me gusta bastante. Es una compañía de muchísima calidad, muy bien gestionada, con activos muy buenos, en regiones muy buenas y que va a seguir siendo así”, dice Pérez. 

Diego Morín, experto de IG Markets, está de acuerdo: “La compañía sigue mejorando el crecimiento en redes, con buen desempeño hacia el largo plazo. También es interesante su posicionamiento en renovables, que le permite diversificar; y tiene una rentabilidad por dividendo atractiva (sobre el 5 por ciento en 2024)”. 

De hecho, Morín resta importancia a la caída vivida desde octubre: “Las correcciones son lógicas y necesarias después de una subida vertical desde agosto (superior al 20 por ciento). Pero sujeta muy bien el soporte de los 12,50 euros, que es la zona clave para las siguientes semanas”. 

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