1.000 días desde la pandemia: ¿qué acciones del IBEX 35 dan la talla y cuáles pinchan?
El IBEX 35 todavía no ha recuperado los niveles previos a la pandemia tras mil días desde que estalló la crisis. El parte de guerra deja claros ganadores y perdedores
La última vez que el IBEX 35 estuvo por encima de los 10.000 puntos fue el 19 de febrero de 2020, justo antes de que estallara la pandemia. Desde entonces, acaban de pasar mil días y muchas cosas han pasado en el mercado.
De entrada, el selectivo pierde un 19 por ciento desde aquellos máximos que ahora se ven tan lejanos. Es un rendimiento opuesto al del DAX, la referencia en las bolsas europeas, que gana en torno al 4 por ciento.
Sin embargo, ambos están muy lejos del 17,8 por ciento que se anota el S&P500 o el 22 por ciento que se revaloriza el Nasdaq 100. En el caso del IBEX 35, la caída es más acusada, lo que refleja una constante en los últimos años: la falta de interés inversor cuando vienen mal dadas.
De hecho, el IBEX 35 fue el peor selectivo con mucha diferencia en el año de la pandemia. No solo influyó la composición sectorial; la economía española también fue la que peor se comportó en 2020, mientras que en 2021 tampoco alcanzó el crecimiento esperado.
Para rematar estos mil días de alta intensidad, la guerra en Ucrania forzó a los bancos centrales a poner en marcha un duro ajuste al alza en sus políticas monetarias, lo que terminó de deslucir un año que estaba destinado a la recuperación.
Solaria encabeza la lista de ganadores del IBEX 35 tras 1.000 días de pandemia
El parte de guerra entre las cotizadas del IBEX 35 refleja en buena medida todos estos factores. Los ganadores claros son Solaria, Arcelormittal y Acciona, que se revalorizan el 78 por ciento, el 68 por ciento y el 59 por ciento respectivamente.
En el caso de Solaria, la compañía tardó apenas tres meses en recuperar los niveles previos a la pandemia, y además se vio claramente beneficiada por el boom de las energías renovables que siguió a la guerra en Ucrania.
De hecho, Solaria finalizó 2020 siendo el mejor valor del IBEX 35. La compañía aprovechó el furor por las energías verdes (el sector contabilizó operaciones corporativas por 13.000 millones de euros) para revisar al alza su cartera de pedidos.
En los últimos resultados que acaba de presentar, el ebitda escaló un 55 por ciento y las ventas el 51 por ciento, con el impulso de “las ventas mayoristas de electricidad en todos los mercados europeos”, dijo Eduardo Imedio, analista en Renta 4 Banco.
El problema es que quiere lograr un objetivo de 4.150 megavatios instalados en 2023 y 6.200 megavatios en 2025, pero sigue sufriendo “retrasos en la fase de tramitación de los proyectos”, añadió Imedio.
Arcelormittal y Acciona también brillan
En estos mil días posteriores a la pandemia, Arcelormittal y Acciona también mantuvieron el tipo dentro del selectivo.
El productor de acero ya había recuperado los niveles previos al coronavirus a finales de 2020 y al año siguiente reportó el mejor ejercicio de su historia, con un beneficio de 14.200 millones de dólares, gracias a la subida de lo precios del acero.
Una trayectoria muy parecida siguió Acciona, que ya había recuperado todas las caídas a principios de 2021 gracias al furor por las energías renovables. Tanto es así que la compañía tuvo la mejor oportunidad para sacar a bolsa y meter en el IBEX 35 a Acciona Energías Renovables, su filial verde.
Su momento coincidió con el de la efervescencia del sector y la llegada de los fondos de inversión, que pagaron altos múltiplos por los activos renovables, según dijo Ignacio Cantos, director de análisis de ATL Capital, en el podcast ‘El cierre de finanzas.com’.
Grifols e IAG, los más tocados
Tras estos dos años y ocho meses postpandemia, la cruz es para Grifols e IAG, que pierden el 69 por ciento, el 68 por ciento respectivamente.
Al contrario de lo que sucedió con los valores ganadores, Grifols todavía no ha recuperado los niveles previos a la pandemia, ni aun cuando las farmacéuticas lideraron el rally en 2020.
Los eternos problemas relacionados con la deuda, que llevaron a suprimir el dividendo, la caída de los beneficios y el miedo a una ampliación de capital, desmentida por la empresa, dibujaron una tendencia bajista implacable.
Solo en las últimas sesiones el valor ha comenzado a resucitar en bolsa, gracias a la mejora de sus resultados y a la promesa de mejorar su comunicación al mercado.
Para IAG tampoco hay mucho que celebrar. Antes de la pandemia, sus acciones estaban en los 5,18 euros, una zona que ahora mismo es ciencia ficción.
La pandemia, la guerra, la subida del petróleo y ahora los tambores de recesión son argumentos más que suficientes para explicar el castigo a la matriz de Iberia.
La mejor noticia es que el grupo encadenó dos trimestres consecutivos de beneficios y ve el futuro con moderado optimismo. Por eso está lejos de los mínimos del año, aun cuando los analistas todavía no tienen claro el impacto de la menor demanda esperada en 2023.
La incógnita del IBEX 35
Ahora, está por ver que el IBEX 35 pueda recuperar terreno en los próximos meses. Cerrar la brecha con la bolsa estadounidense será complicado, entre otras cosas, porque “la ventaja de con relación a las bolsas europeas se generó durante los dos primeros años de la pandemia”, dijo a finanzas.com Juan José Fernández-Figarés, director de análisis de Link Securities.
El problema es que “todo parece indicar que la economía europea se va a comportar peor que la estadounidense, básicamente por su dependencia energética exterior y por su mayor exposición a China”, añadió este experto.
Respecto al IBEX 35, “de momento no es posible pensar en los 10.000 puntos”, dijo el director de análisis de la revista Inversión, Josep Codina.
El selectivo “tiene bastante camino por recorrer para llegar a los niveles previos a la pandemia, aunque el año que viene se podrían ver los 9.500 puntos”, explicó Codina.
Es más, en caso de que se frene la subida de tipos y no se entra en recesión, todavía a finales de 2023 se podrían ver los 10.000 puntos, admitió Codina. “Es posible si el IBEX 35 deja un patrón de hombro-cabeza-hombro invertido”.
