La descubridora del Aplidin: “No entiendo las pegas políticas a su investigación”

Anna M. Lithgow pide a las autoridades sanitarias y políticas que dejen evolucionar al Aplidin de Pharmamar. No encuentra motivos que justifiquen que la última fase clínica no esté completada

Anna M. Lithgow ligó su nombre de por vida al Aplidin de Pharmamar hace 30 años, cuando descubrió este compuesto de origen marino mientras desarrollaba sus estudios posdoctorales en los Estados Unidos contratada por la compañía de origen gallego. 

La beca era para dos años, “pero a los nueve meses ya estaba de vuelta en España y entiendo, que me corrija José María (presidente de Pharmamar) si me equivoco, que la empresa tenía el temor de que la Universidad de Illinois les robase el descubrimiento”, señala la investigadora. 

Ahora, M. Lithgow desarrolla su trabajo como investigadora en la Universidad de Salamanca y dentro de un ciclo de charlas de esta institución, señaló las “virtudes” de la aplidina: “La baja toxicidad del compuesto frente al Remdesivir y su mayor potencia antiviral”. 

Toque de atención a los políticos 

La investigadora, nacida en Santo Domingo, aseguró que “los que están en el poder se tienen que dar cuenta de que alguien de la casa (Pharmamar en relación con España) ha invertido mucho en esto y no deben poner pegas”. 

Es decir, para M. Lithgow, las autoridades “deben dejar hacer las pruebas necesarias para descubrir su efectividad. No puedo entender que no interese y que haya pegas políticas y lo tengo que decir”, expuso. 

Para esta científica, que se considera italiana y charra de adopción, el Aplidin es uno de los casos “donde se muestra claramente la necesidad de la investigación básica”. 

Mismo origen que García-Sastre 

Su formación y el Aplidin la unen directamente con el catedrático de medicina y microbiología Aldolfo García-Sastre, responsable en el Hospital Monte Sinaí de Nueva York del estudio de laboratorio con el Aplidin que enfatizó la superioridad del fármaco de Pharmamar frente al Remdesivir y que era efectivo contra las cepas del virus. 

García-Sastre también se formó en la Universidad de Salamanca y, respecto a su estudio, M. Lithgow señaló que “no cabe duda de que el grupo del doctor García-Sastre ha hecho un trabajo muy importante respecto a lo que se ha convertido en el gran problema sanitario global”. 

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Aunque recuerda los estudios iniciales que ella inició y que Pharmamar prosiguió pues, apuntó, “si no hubiese existido esa investigación básica previa el trabajo de García-Sastre no hubiese sido posible”. 

A la espera de seis países de la Unión Europea 

Mientras una voz más se une a la defensa del Aplidin como antiviral contra el coronavirus, la compañía sigue a la espera de que seis países de la Unión Europea, incluido España, le den el visto bueno al inicio de fase III del ensayo clínico. 

Hasta la fecha, solo tiene el visto bueno del Reino Unido y la compañía quiere implementar el estudio hasta en 12 países alrededor del mundo para ofrecer los datos en agosto, con el objetivo de distribuir el producto en septiembre. 

Respecto al papel de España, la última comunicación oficial que se tiene de la AEMPS es el inicio de una fase II para testar el Aplidin en 122 pacientes de urgencias, en cuatro hospitales madrileños y bajo la dirección del doctor César Carballo, del centro hospitalario madrileño Ramón y Cajal, otro de los grandes defensores de la aplidina. 

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