Los valores del sector turístico se quedan sin gasolina
Los valores del sector turístico, hasta ahora los ganadores del ejercicio, acumulan dos meses de recogida de beneficios
Los valores del sector turístico, hasta ahora entre los claros ganadores del año, se están quedando sin gasolina.
Aunque todos siguen figurando en la lista de las cotizadas más alcistas de 2023 (con revalorizaciones en el entorno del 20 por ciento en el caso de Meliá, IAG, Amadeus o Aena), lo cierto es que, desde el 31 de julio, el sector turístico acumula una importante recogida de beneficios.
En concreto, IAG y Meliá ceden un 15 por ciento desde esa fecha; mientras que Amadeus se deja un 12 por ciento; Edreams pierde un 7 por ciento y Aena recorta un 3,5 por ciento.
Y se trata de un mal que no solo afecta a los valores españoles pues el sector turístico en su conjunto se contrae un 10 por ciento en Europa, de tal manera que solo dos listadas del Stoxx 600 Travel and Leisure cotizan en positivo desde esa fecha.
José Ramón Ocina, analista de Mirabaud Securities en España, atribuye a varios factores la recogida de beneficios que está viviendo todo lo relacionado con la movilidad o el negocio vacacional.
La normalización tras la pandemia
Para empezar, explica que el sector se ha servido de la normalización de los volúmenes tras la pandemia para alimentar el rally bursátil pero, desde mediados de verano, se percibe que “esa normalización ya se ha alcanzado o estamos cerca de ella”, por lo que el mercado empieza a mirar los catalizadores de futuro.
“Y lo que viene por delante no tiene buena pinta. A las noticias macro (malas) se han unido las especificidades del sector en un cóctel que no ayuda a esperar que la recuperación continúe de forma tan sólida como se ha desarrollado hasta mediados de año”, explica Ocina.
Julián Pérez, analista de Intermoney, coincide con Ocina: “Teniendo en cuenta que los efectos de la demanda embalsada y el ahorro acumulado durante la pandemia ya han perdido casi todo su vigor, vemos probable un considerable deterioro del consumo de las familias europeas, que afectará a la demanda tanto de aerolineas como de hoteles y creemos que esa incertidumbre es la que está descontando el mercado”.
En realidad, las cifras que han reportado las compañías, hasta ahora, son buenas. Y también es verdad que los analistas anticipaban un deterioro de la demanda ya para este año que, de momento, no se ha producido.
Si bien, hay que recordar que el mercado tiende a anticipar la evolución del negocio, más que a fijarse en el presente.
“Teniendo en cuenta que los efectos de los tipos de interés tardan alrededor de 9 meses en reflejarse en los hogares y viendo cómo ha empeorado la macro en el último año, parece inevitable que durante los próximos meses tanto aerolineas como hoteles revisen sus tarifas si no quieren ver un fuerte deterioro de la ocupación”, insiste Pérez, en ese sentido.
Interrogantes sobre el sector turístico
En todo caso, sobre los viajes pesan algunos interrogantes adicionales, más allá de la situación macroeconómica.
Uno de los problemas tiene que ver con la carestía del petróleo, que ha provocado que muchas aerolineas americanas hayan tenido que revisar a la baja sus previsiones para el conjunto del año.
Otro de ellos es el protagonismo de las aerolíneas en el proceso de descarbonización de la economía.
"Una parte importante de las mejoras que se tienen que introducir afecta al negocio de las aerolíneas, porque les va a obligar a renovar una parte significativa de sus flotas para cumplir sus objetivos de descarbonización”, en un momento en el que el sector todavía no se ha recuperado del todo y con una financiación mucho más cara, reflexiona Ocina.
“A todo esto, hay que añadirle que muchas compañías siguen fuertemente endeudadas a causa de la pandemia, como es el caso de Meliá (5,8 veces deuda neta/ebitda) y van a vivir fuertes incrementos de sus gastos de intereses”, añade Pérez.
Para colmo, en este entorno tan complicado, carecen del apoyo de las autoridades europeas, que “van al rebufo de lo que pasa en otros sitios, penalizando a la industria local”, según Ocina.
Para él, “cualquier esfuerzo por consolidar el sector turístico y darle realismo financiero a los balances, está bloqueado”, como ocurre en el caso de IAG y su intento de adquirir Air Europa, paralizado desde hace tiempo por Bruselas.
El sector turístico, sin atractivo para el inversor
Por todo ello, tanto Pérez como Ocina creen que el sector turístico, en el entorno actual, no es muy atractivo para el inversor.
Aunque, con excepciones. A Ocina le gusta Ryanair, una compañía que ya ha realizado parte del esfuerzo de renovación de su flota y que es ágil a la hora de anticipar tendencias en el mercado. De hecho, es una de las compañías turísticas que más ha recuperado en bolsa.
Por su parte, a Pérez le atrae IAG ya que, "aunque el entorno no acompaña ahora mismo, el potencial es muy atractivo”.
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