Otra decisión política enturbia a IAG. Las aerolíneas cancelan 150.000 vuelos por ómicron

Las nuevas restricciones impuestas por el Reino Unido para luchar contra ómicron frenan el rebote de IAG

Las acciones de IAG se tomaron un descanso y frenaron el rebote justo cuando la preocupación por la variante ómicron ofreció una tregua a los inversores.

Las nuevas medidas restrictivas introducidas por el Reino Unido para hacer frente a esta cepa del virus, que ya se transmite de manera comunitaria en el país, forzaron el descanso en la cotización.

El Gobierno británico obligará a todos los viajeros, incluidos los vacunados con la pauta completa, a presentar una prueba PCR negativa antes de entrar al país. El objetivo es ralentizar la expansión de ómicron.

La medida supone una vuelta de tuerca más que complica los viajes, ya que los pasajeros tendrán que guardar cuarentena durante dos días antes de conocer el resultado de las pruebas.

El mercado da por hecho que los problemas de las compañías aéreas se enquistarán hasta 2024. La cuestión es que cada nueva restricción supone un nuevo foco de incertidumbre.

Noticia negativa para IAG

Respecto a las nuevas restricciones en el Reino Unido, los analistas de Banco Sabadell explicaron que se trata de una “noticia negativa”.

“El encarecimiento del precio final del viaje junto con la cuarentena de dos días impactará sobre la demanda, aunque es difícil de estimar”, añadieron los expertos de la entidad.

La cuestión es que el Reino Unido es un mercado completamente clave para IAG. En un año normalizado, representa el 33 por ciento de las ventas a nivel global.

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Tampoco el sector escapa a las turbulencias generadas por ómicron, pese a que las últimas noticias hablan de que podría ser menos severa de lo que se esperaba. Harán falta datos concretos para confirmarlo.

Por ahora, las compañías aéreas recortaron 151.000 vuelos programados a nivel mundial hasta el 1 de febrero.

Esta caída fue solo en la primera semana tras la irrupción de ómicron y representa casi el 3 por ciento de los vuelos programados, según datos de Bloomberg. Son unos ingresos que se han esfumado en cuestión de días.

Las nuevas restricciones nublan la visibilidad del sector

El problema es que ómicron ha nublado la visibilidad del sector. Los requisitos varían y pueden cambiar rápidamente, lo que hace que los viajes en avión supongan un foco de incertidumbre para los usuarios.

Ya no solo se trata del Reino Unido, porque los Estados Unidos dijeron que están revisando sus políticas a diario.  La cuestión es que los políticos parecen decididos a cortar por lo sano.

British Airways calificó las últimas medidas del Reino Unido como "completamente fuera de sintonía", mientras que el vice primer ministro, Dominic Raab, defendió lo que llamó un "enfoque equilibrado".

Es más, las reglas podrían cambiar en pleno vuelo, lo que dejaría a muchos pasajeros atrapados en su destino.

Las propias compañías son conscientes de cómo está la situación. "Inevitablemente, habrá un revés inmediato a corto plazo", dijo en una entrevista Jeffrey Goh, director ejecutivo de Star Alliance.

La amenaza de las compañías de bajo coste

Por si fuera poco, la variante ómicron “puede debilitar la capacidad de las aerolíneas para competir por el mercado con los grupos de bajo coste”, confirman a finanzas.com los analistas de Bloomberg Intelligence.

Según el análisis de estos expertos, compañías como Ryanair, Wizzair y Easyjet podrían acaparar la mitad de los ingresos por pasajero en Europa para 2024.

De hecho, solo Ryanair y Wizzair se harán con el 37 por ciento de estos ingresos en dos años, frente al 25 por ciento que tenían antes de la pandemia.

En su opinión, las aerolíneas de bandera se enfrentan a un entorno en el que tendrán que acometer cambios para ser más competitivas en costes.

A pesar de las suaves caídas de este martes, IAG cotiza por encima de su salvavidas bursátil de los 1,6 euros por acción.

La acción reaccionó al alza y recuperó el soporte perdido y ahora debería tratar de cerrar el hueco en los 1,73 euros para pensar en atacar la cota psicológica de los 2 euros.

Todo dependerá de cuándo haya datos fiables sobre la verdadera gravedad de ómicron.

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