La ley de vivienda frena la inversión extranjera
Los inversores extranjeros concentran entre el 10 y el 12 por ciento de las ventas de vivienda en España
La demanda de vivienda en España por parte de inversores extranjeros ha supuesto uno de los principales puntales de recuperación del sector inmobiliario tras el estallido de la burbuja a finales del pasado siglo.
Pero tras la aprobación de la nueva ley de vivienda, a finales de octubre, empieza a vislumbrarse un menor apetito de los inversores extranjeros por el sector inmobiliario español que puede acrecentarse el próximo año cuando entre en vigor la norma.
“La incertidumbre e inseguridad jurídica, desencadenada por la intervención de la propiedad privada y la regulación de los precios del alquiler, no hace más que provocar un efecto de expulsión para el inversor extranjero e, incluso, para el nacional”, explica Ferran Font, director de Estudios y portavoz de pisos.com.
Ley intervencionista
Entre las nuevas medidas a adoptar con esta ley destacan las limitaciones y topes a los precios de alquiler en zonas tensionadas y la obligación de establecer una reserva del 30 por ciento de la edificabilidad a vivienda protegida, de la cual al menos la mitad deberá destinarse a alquiler social.
Esta merma del interés de los inversores extranjeros por el mercado español se produce después de más de diez años en que la demanda extranjera no ha dejado de incrementarse con cifras que han rondado entre el 10 y el 12 por ciento del total de las ventas de vivienda.
El parón de la pandemia
No obstante, en 2020 se truncó esta buena evolución tras la entrada en escena del Covid-19. “Las restricciones de movilidad que surgieron a raíz de la pandemia del coronavirus en 2020 pasaron factura a la demanda de vivienda extranjera", señala Font.
Así, mientras que en 2019 se adquirieron 63.000 viviendas, el año pasado la cifra descendió un 26,5 por ciento, situándose en poco más de 46.000 inmuebles.
En 2021 el panorama cambió y, a pesar de la incertidumbre que aún continúa respecto a la pandemia, la inversión extranjera creció con fuerza hasta aproximarse a los niveles precios a 2019, pero tras la aprobación de la nueva ley esta tendencia se ha ralentizado y los expertos esperan que tras su entrada en vigor en 2022 vaya a más.
El ejemplo de Barcelona
Un espejo en el que mirarse y donde pueden apreciarse las consecuencias de la aprobación de una ley que interviene el sector ha sido Barcelona.
Tras la entrada en vigor en octubre del año pasado de la Ley 11/2020 de medidas urgentes en materia de contención de rentas, que limita el precio del alquiler de viviendas en 60 municipios catalanes de más de 20.000 habitantes, se produjo una fuga de inversores extranjeros desde Barcelona hacia otras ciudades como Madrid.
“Existe un segmento de mercado inmobiliario muy activo formado por empresas que suelen dedicar sus beneficios y excesos de tesorería a la adquisición de inmuebles de lujo. Antes optaban mayoritariamente por Barcelona, pero después de que se aprobara esa ley han desviado su interés hacia Madrid”, afirma Gonzalo Robles, CEO de la inmobiliaria Uxban.
Latinoamericanos, los mejores clientes
Entre los inversores extranjeros que más apuestan por el mercado inmobiliario español destacan los procedentes de Latinoamérica y entre ellos los venezolanos, que a partir de 2011 y huyendo de la inseguridad jurídica de su país, empezaron a adquirir propiedades en España y a internacionalizar un mercado eminentemente local antes del estallido de la burbuja inmobiliaria.
No obstante, también han aumentado su inversión en inmobiliario en nuestro mercado millonarios de otros países de América Latina, animados por el buen clima, la calidad de vida, una cultura y lengua común y su seguridad física y económica.
No son los únicos, otros extranjeros con grandes fortunas que también tienen el foco puesto en el mercado de lujo español, aquel con viviendas de más de 1 millón de euros, son británicos, franceses, estadounidenses y neerlandeses, apuntan desde Idealista.com.
No obstante, la aprobación de la nueva ley de vivienda y su próxima entrada en vigor está desinflando este interés, reconocen los analistas, y puede expulsar a estos inversores de nuestro mercado.
