Invertir en el río revuelto de la recesión
¿RECUERDAS? ● En marzo de 2012 también sonaban tambores de recesión. Pero ello no significaba que no hubiera oportunidades rentables
Todos los organismos internacionales y casi todas las casas de análisis macroeconómico coincidían en el primer trimestre de 2012 en que ese año España y otros países de la zona euro entrarían en recesión. Este temor se repite una década después. Los expertos creen que las agresivas políticas de los bancos centrales pueden desembocar en un frenazo de la economía a nivel global.
Pero a pesar de que la palabra recesión infunde miedo y parálisis, este escenario invita a los inversores a mantenerse activos, a no dejar pasar las oportunidades que aparecen en renta variable, renta fija o en el mercado inmobiliario.
En 2012, la revista Inversión aconsejaba no olvidarse del IBEX 35 en las estrategias inversoras. Y lo argumentaba con que un año económico malo no implicaba obligatoriamente que lo fuera también en renta variable. En 2009, el peor año de la recesión económica en España, el IBEX 35 subió casi un 30 por ciento, con valores como Técnicas Reunidas y OHL duplicando su capitalización bursátil.
En ese momento, las apuestas que se barajaban coincidían con las que se hacen actualmente, como Tubacex, Acerinox y Repsol.
Tampoco faltaban, entre las recomendaciones, el sector inmobiliario. Las épocas de recesión pueden ser un buen momento para invertir en inmuebles, sobre todo si el comprador dispone de fondos propios para realizar la operación. Y el mercado del alquiler, como en la actualidad, mantenía su dinamismo.
Un ingrediente clave en las carteras en ese momento era el depósito, que ofrecía un interés medio del 3 por ciento anual, muy por encima de lo que se puede encontrar ahora. La presencia en mercados emergentes tampoco se descartaba.