Las sorpresas que trae agosto

Agosto suele ser un mes tormentoso para la bolsa, en el que las pérdidas se acumulan. En 1998, la crisis asiática y rusa golpeó a todos los mercados occidentales y la bolsa española se vio arrastrada por un posible contagio latinoamericano

Las grandes crisis siempre se desatan en agosto. El mes por excelencia de vacaciones no permite que los inversores se tomen un descanso. Es un mes de continuos vaivenes, de extrema volatilidad, como se puede comprobar este mismo ejercicio. Y su saldo no suele ser muy positivo, a pesar de que en los dos últimos años ha mejorado su comportamiento.

En 1998, los inversores se encontraron con un panorama desolador a la vuelta de las vacaciones. Las bolsas internacionales retrocedieron más de un 10 por ciento y el mercado español sufrió una caída superior al 21 por ciento.

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