Los depósitos bancarios fueron el instrumento favorito de los ahorradores españoles durante décadas gracias a su combinación de bajo riesgo y rentabilidad. Sin embargo, pasaron al ostracismo durante la crisis bancaria de Lehman Brothers, al desplomarse paulatinamente el precio del dinero y, con él, la rentabilidad ofrecida por este tipo de productos. 

Si bien, en los últimos meses se ha producido un cambio de tendencia, como demuestra la escalada de los intereses en las imposiciones a plazo fijo ofertadas por las entidades online y también en los bancos extranjeros que comercializan sus productos en España a través de intermediarios financieros.