Retos para la ISR durante el primer trimestre de 2021
Las normas del nivel 1 de la regulación SFDR, la estrategia renovada de la UE para finanzas sostenibles y la publicación de la renovación de la NFRD son algunos de los primeros hitos del calendario de 2021
Tras unos meses finales de 2019 con anuncios y publicaciones de parte de las administraciones europeas apoyando la inclusión de los criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) en el sector financiero, todo parecía indicar que sería el regulador comunitario quien acaparase la atención sobre la inversión sostenible y responsable (en adelante, ISR) durante 2020.
Sin embargo, la aparición de un riesgo de cola como el COVID-19 viró el rumbo y centró todas las miradas en su comportamiento financiero y en aquellos instrumentos que pudiesen contribuir a canalizar capitales hacia la emergencia social derivada de la crisis económica.
A pesar de la urgencia de los acontecimientos de 2020 y sus consecuencias en el desarrollo de la ISR, el tsunami regulatorio europeo sigue avanzando.
A pesar de la urgencia de los acontecimientos del 2020, diferentes cuestiones del desarrollo regulatorio siguen sobre la mesa
Desarrollos y consultas sobre la aplicación final de los actos delegados de la taxonomía de actividades verdes, el nuevo calendario para la normativa SFDR (Sustainability Related Disclosures in the Financial Services Sector), la inclusión de la sostenibilidad en el test de idoneidad vía MiFID II, la nueva estrategia de finanzas sostenibles de la UE, la actualización de la directiva de divulgación de información no financiera (Non-Financial Reporting Directive ó NFDR), la mayor o menor exigencia de la EcoEtiqueta o EU Ecolabel o la Sostenibilidad en la Gobernanza Corporativa están a cierre de año sobre la mesa.
Este maremoto de siglas deriva en debates sobre cuestiones concretas como la consideración de la sostenibilidad en los bonos soberanos, la definición más apropiada de la materialidad (doble, financiera, dinámica), las clases de activos a los que aplica una u otra regulación, la interacción de unas normas de divulgación y reporte con otras, lo que se consideran las "preferencias de sostenibilidad" del cliente final o incluso el nivel de especificidad o de obligatoriedad de algunos indicadores ESG.
Los resultados de estas conversaciones hoy, determinarán un desarrollo regulatorio esencial para correcto desarrollo de la ISR a nivel mundial, dado el papel de liderazgo europeo en esta materia y dado el creciente riesgo de todo tipo de sustainability-washing (greenwashing, socialwashing, bluewashing...).
En pleno desarrollo de un sistema robusto para las finanzas sostenibles
Con un criterio de inmediatez y siguiendo el calendario oficial europeo, todo parece indicar que los hitos del primer trimestre de 2021 tendrán que ver con las normas de nivel 1 de la regulación SFDR (Sustainability Related Disclosures in the Financial Services Sector), la estrategia renovada de la UE para finanzas sostenibles y la publicación de la renovada Directiva de divulgación de información no financiera (NFRD).
Los primeros hitos del 2021 apuntan a la regulación SFDR, la estrategia renovada de la UE para financias sostenibles y la renovación de la NFRD
Merece la pena destacar, por su carácter innovador, algunas características de la normativa SFDR.
La SFDR se enmarca en una serie de divulgaciones relacionadas con sostenibilidad que se deben hacer en dos niveles: en el documento explicativo o folleto de los productos financieros y en la página web de la entidad gestora de activos.
Muchos aspectos de la SFDR se aplicarán a todos los gestores de activos, incluso aquellos que no tengan el foco en puesto en los productos con perfil ESG. Aunque se trate de una normativa sobre divulgación, esto obligará a tomar decisiones sobre el negocio y las políticas de integración y de debida diligencia de las compañías que, una vez adoptadas, deberán divulgar o, en su caso, explicar por qué no se han adoptado.
La aplicación de normas de nivel 1 que se espera en marzo de 2021 tiene lugar a nivel de compañía gestora de activos, para todos los productos financieros disponibles (tengan o no perfil ESG) y para los productos con un perfil ESG de forma explícita; además de incluir un sub-conjunto de normas que aplica a los asesores financieros.
Sobre la segunda capa que requiera divulgaciones mucho más detalladas, de nominada "Level 2 - Regulatory Technical Standards", la ESA (las Agencias de Supervisión Europeas) ha publicado un borrador y una consulta abierta hasta finales de diciembre de 2020, así como unas plantillas de reporte de la información financiera para la información pre-contractual y periódica de los productos financieros cubiertos bajo la SFDR.
Sobre todas estas cuestiones asesorará a la Comisión Europea, de la que se espera la publicación de la normativa SFDR de nivel 2 también a lo largo del año.
Al igual que en estos aspectos, 2021 será un año para poner el foco en otras grandes cuestiones como el posible desarrollo de una taxonomía social y en el trabajo de la plataforma internacional de finanzas sostenibles, donde la coordinación entre la regulación europea sobre ISR y los sistemas de otras regiones comenzará a tomar relevancia.
Desde luego, la voluntad de desarrollar un sistema robusto para las finanzas sostenibles existe a nivel comunitario y 2021 será un año destacado en esta tarea. Ojalá, en las puertas de 2022, podamos sentarnos a escribir una tribuna repleta de avances de este calado, en que se describan unos primeros efectos de implementación de las regulaciones tan positivos como cupiera esperar.