Crisis en el mercado de carbono: el 32% de los créditos suspende

Un tercio de los créditos de carbono no supera los estándares para lograr la etiqueta de calidad más reconocida en el mundo. La credibilidad el mercado está en tela de juicio

Mercado de créditos del carbono

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El mercado de compensaciones de carbono se enfrenta a una nueva convulsión y es que una importante categoría de créditos no logró obtener la aprobación de los supervisores.

El Consejo de Integridad para el Mercado Voluntario de Carbono (ICVCM) ha decidido que su etiqueta de Principios Básicos del Carbono no se puede utilizar en créditos de carbono emitidos según las metodologías de energía renovable existentes. La medida afecta a unos 236 millones de créditos, o el 32% del mercado, informó el ICVCM.

La decisión tiene el potencial de asestar un duro golpe a un mercado que ya se ha contraído casi una cuarta parte desde su pico (2022). Pero también es la última señal de que se están realizando esfuerzos para ordenar la compensación de carbono, una práctica que ha generado críticas insistente por permitir el lavado verde de imagen (green washing).

Según el ICVCM, las metodologías existentes utilizadas para las estructuras de compensación en cuestión son “insuficientemente rigurosas para evaluar si los proyectos habrían seguido adelante sin el incentivo de los ingresos por créditos de carbono”.

La evaluación es bienvenida y “envía una señal para limpiar el mercado de los muchos créditos de baja calidad que aún están disponibles”, dijo Gilles Dufrasne, responsable de políticas en Carbon Market Watch, una organización sin fines de lucro.

Durante años, los expertos en clima han advertido que los créditos de energía renovable son, en gran parte, inútiles. Esto se debe a que, en la mayoría de los países, las energías renovables ya representan una alternativa competitiva a los combustibles fósiles, lo que significa que es poco probable que los ingresos adicionales procedentes de los créditos de carbono orienten las decisiones sobre si construir o expandir la capacidad de energía verde.

En cambio, los ingresos adicionales tienden a ir a parar a los desarrolladores.

La industria de compensación de carbono, que ya está en auge y genera 2.000 millones de dólares, está lista para seguir creciendo. Los Estados Unidos incluso está incorporando compensaciones a los esfuerzos por cumplir con los compromisos internacionales en materia climática.

Los créditos de energía renovable han demostrado ser populares entre las empresas. En 2022, representaron aproximadamente la mitad de todas las compras de compensaciones, frente al 38% del año anterior, según un estudio de Bloomberg.

Las empresas que han centrado sus adquisiciones de compensaciones en dichos créditos incluyen Volkswagen AG, Etsy y TotalEnergies SEB.

En tela de juicio

La credibilidad del mercado de carbono, a través del cual se comercializan dichos créditos, ha sido puesta en tela de juicio tras una serie de investigaciones. Los estudios demuestran que una variedad de compensaciones no estaban cumpliendo con sus promesas de reducción de emisiones.

El ICVCM, un grupo de gobernanza liderado por la industria, ha estado tratando de abordar estas preocupaciones al limitar su sello de aprobación (la etiqueta CCP) a los créditos que superan su umbral de calidad.

Para llevar la etiqueta CCP, un crédito debe ser emitido por uno de los cinco programas de compensación que el ICVCM ha examinado y debe generarse utilizando una metodología aprobada. En junio, el ICVCM anunció las primeras dos categorías que recibirán luz verde: proyectos que capturan y destruyen metano de los vertederos y el de aquellos aparatos que eliminan los gases que agotan la capa de ozono, como los de aire acondicionado.

Sin embargo, CarbonPlan, una organización de investigación sin fines de lucro que se especializa en compensaciones, sostiene que esos programas tampoco ofrecen reducciones de emisiones adicionales más allá de las que habrían ocurrido sin los créditos.

El ICVCM anunció la semana pasada dos metodologías más que merecen una etiqueta CCP: una para proyectos que detecten y reparen fugas de metano en la industria del gas, y otra para aquellos que capturen metano de vertederos.

El grupo rechazó una metodología para proyectos en la industria del magnesio que reduzcan la liberación de hexafluoruro de azufre, un gas que atrapa 22.000 veces más calor por tonelada que el dióxido de carbono.

El organismo de orientación está evaluando otras categorías de créditos de carbono, incluidos los populares pero controvertidos métodos forestales REDD+. Se espera que en los próximos meses se tome una decisión al respecto. Por ahora, aproximadamente 27 millones de créditos son elegibles para llevar la etiqueta CCP, lo que representa aproximadamente el 3,6% del mercado, dijo el ICVCM.

El grupo ha dejado la puerta abierta a nuevas metodologías de crédito de energía renovable “más rigurosas” una vez que se desarrollen, sobre la base de que ayudan a estimular el desarrollo de energía limpia en lugares donde aún no está establecido.

Enfoques alternativos

Jürg Füssler, socio gerente de la consultora Infras y miembro del panel de expertos del ICVCM, acogió con satisfacción la decisión de la junta, pero dijo que se deberían explorar enfoques alternativos a las compensaciones para ayudar a impulsar la adopción de energías renovables en los países en desarrollo.

“Es necesario implementar rápidamente instrumentos más adecuados, como la reducción de riesgos a nivel internacional, para ayudar a los países más pobres”, dijo.

Para el ICVCM, los créditos de carbono siguen siendo una herramienta financiera importante. “Estamos tomando las difíciles decisiones necesarias para construir un mercado voluntario de carbono de alta integridad que pueda ampliarse para financiar de manera significativa las soluciones climáticas”, dijo Annette Nazareth, presidenta del ICVCM.

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