1 de enero. La clasificación de actividades sostenibles de la Unión Europea entra en vigor

La UE aprueba el acto delegado del Reglamento de Taxonomía. Con él, la industria de la inversión colectiva podrán informar sobre su alineación con estos criterios

La Unión Europea ha dado un paso adelante importante este jueves con la publicación en el boletín oficial de la Unión Europea del acto delegado que desarrolla la clasificación de actividades sostenibles que forma parte del Reglamento de Taxonomía. Tras la aprobación del Consejo Europeo se consigue así que la lista de actividades sostenibles vea legalmente la luz y entre en vigor el próximo 1 de enero de 2022.

Aunque el texto aprobado no resuelve el conflicto con el gas procedente de combustibles fósiles y la energía nuclear -se espera que la Comisión Europea presente algún tipo de acto delegado complementario en el futuro-, se considera un paso imprescindible para desarrollar la estrategia europea contra el cambio climático y para que la industria de la inversión y las empresas puedan comenzar a dar información concreta sobre su exposición a estas actividades.

“Las empresas podrán comenzar a presentar informes adaptados, lo que permitirá a las instituciones financieras revelar cómo sus productos financieros bajo SFDR se están alineando con la Taxonomía de la UE. Esto, a su vez, permitirá a los asesores financieros tener en cuenta y asesorar a los inversores sobre sus preferencias de sostenibilidad”, valora Eurosif, la patronal de la industria de la inversión responsable en la que está integrada Spainsif.

Una clasificación que nace viva

Este acto delegado se convierte en ley pero con la obligación de ser revisado en el futuro y desde la industria de la inversión responsable se insiste en que esos cambios se deben siempre adscribir a la ciencia para que la taxonomía sea realmente una herramienta neutral y no política y dejan entrever que alguna de las clasificaciones ya debería replantearse.

“Si bien Eurosif apoya ampliamente este acto delegado sobre el clima, ya está claro que los criterios para una serie de sectores deberán volver a examinarse para garantizar esta alineación basada en la ciencia”, señala la asociación.

La clasificación que entra en vigor ya generó polémica en su presentación, pero habría respetado la línea roja que hace pocos días algunos asesores de la Comisión Europea marcaban para la generación energética y en concreto el gas.

“Uno de los umbrales fundamentales del acto delegado es el umbral descendente de 100 g de CO2e / kWh para la generación de electricidad. Esto proporciona una orientación clara al sector eléctrico europeo sobre cómo alinear sus actividades con el cero neto, y se ha replicado en otras taxonomías nacionales”, apuntan desde Climate Bonds.

Rusia, por ejemplo, la ha tomado como referencia para su clasificación ese mismo nivel, lo que ha dado un argumento a los defensores de los criterios científicos para presionar a la Comisión Europea y tratar de impedir que el gas procedente de combustibles fósiles y la energía nuclear se cuelen en la taxonomía.

Gas y nuclear, energía de transición

En este sentido, desde la industria de la inversión responsable han pedido a las autoridades europeas que valoren alternativas antes de incluir el gas o la nuclear en la taxonomía, porque su inclusión rompería los estándares de calidad que persigue la creación de la taxonomía o el estándar de bono verde europeo, que no incluye a ni al gas ni a la nuclear.

Eurosif aprovechó su valoración de la publicación del acto delegado para insistir en esta idea. “La inclusión del gas natural y la energía nuclear cambiaría la naturaleza de la taxonomía de la UE de una lista de actividades sostenibles a una lista de actividades de transición”, señala en un comunicado.

“Incluso si estos sectores pueden ser necesarios a corto plazo para asegurar el suministro de energía, desempeñarán un papel limitado en la transición energética a largo plazo, como señala la AIE en su hoja de ruta 2050 Net-Zero”, apostilla.

Principles for Responsible Investment (PRI) ya ha sugerido justo esa alternativa: crear un nuevo marco específico que cubra a las energías que necesitan ser tenidas en cuenta para poder avanzar hacia las ceros emisiones.

“La Comisión Europea y los estados miembros de la UE deberían explorar posibles alternativas, desarrollando un marco que reconozca la electricidad a gas y la energía nuclear como actividades de transición a corto plazo para alcanzar emisiones netas cero para 2050”, aconsejó a finales de noviembre.

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