Los compromisos ‘net zero’ obtienen recompensa

Coca-Cola, General Motors, Engie, Sinopec, Nippon Steel, Sasol y Boral fueron los gigantes de las bolsas mundiales que adoptaron compromisos de cero emisiones en 2021. Un paso que coincide con una etapa de buenas recomendaciones por parte de los analistas

La adopción de la descarbonización por parte de las grandes multinacionales se ha ido consolidando en los últimos ejercicios.

En 2020, gigantes como la petrolera BP, Cemex o American Airlines ya integraron en su hoja de ruta los objetivos recogidos en el Climate Action 100+, orientados a llegar a las cero emisiones de carbono para 2050.

El año pasado, la tendencia continuó y se afianzó entre las grandes compañías. Un informe de marzo de Principles for Responsible Investment (PRI) señaló que más de la mitad de las 166 compañías más contaminantes a nivel global ya se habían alineado con los denominados objetivos net zero.

PRI destacó en otro informe a finales del pasado ejercicio las siete multinacionales que dieron el paso en 2021 y que “estuvieron a la altura de las circunstancias”, según explica el analista Marshall Geck.

Estas fueron Coca-Cola, General Motors, Engie, Sinopec, Nippon Steel, Sasol y Boral, que anunciaron a lo largo del año su compromiso net zero, y cuyo movimiento no ha caído en saco roto.

De hecho, su adhesión a las estrategias para combatir el cambio climático coinciden con un momento de buenas recomendaciones por parte de los analistas.

General Motors y Engie, las favoritas

Una de las favoritas es la estadounidense General Motors (GM), el sexto fabricante de vehículos mundial. Siguiendo la estela de Ford en 2020, GM anunció el año pasado su objetivo para tener una huella de carbono neutral para 2040 tanto en sus coches como en sus operaciones.

Para ello, el grupo automovilístico invertirá 27.000 millones hasta 2025 en la electrificación de su gama, y pretende usar energía 100 por cien de origen renovable en la totalidad de sus instalaciones en todo el mundo. Pero en especial en los Estados Unidos, responsable de una cuarta parte de las emisiones totales en todo el mundo.

En el plano bursátil, GM ha logrado sacar partido. Las acciones cotizan en máximos históricos tras revalorizarse más de un 50 por ciento el año pasado, mientras que el consenso de Bloomberg estima un potencial a doble dígito -del 13 por ciento- para 2022. 

Cuenta, además, con un 88 por ciento de recomendaciones de compra y ninguna de venta.

En los mismos parámetros se mueve la energética francesa Engie, que cuenta con 86 por ciento de compras y ninguna recomendación de venta tras desvelar sus objetivos de reducción de emisiones. 

La empresa, una de las mayores del sector público europeo, fue una de las últimas en hacerlo, pero finalmente el año pasado adelantó su compromiso para llegar a las cero emisiones en 2045, cinco años antes de lo previsto.

Engie explicó en un comunicado que aumentará su capacidad renovable abandonando el carbón en los 70 países en los que opera para 2027, así como su apuesta por otras fuentes de energía como el biometano o el hidrógeno verde.

Siguiendo el panel de Bloomberg, las acciones cuentan con un potencial a doce meses del 23 por ciento.

Coca-Cola y dos de las mayores multinacionales asiáticas

Otra de las empresas que se sumó a los compromisos fue el reconocible grupo de bebidas Coca-Cola, que puso fecha en 2040 para alcanzar las cero emisiones en toda su cadena de producción. Además, para 2030, el objetivo es reducirlas en un 25 por ciento.

Algo que puede servir para arrastrar al sector alimentario, cuyas cadenas de suministro son responsables de una tercera parte de las emisiones globales.

Entre otras estrategias, Coca-Cola explicó que su intención es utilizar energía eléctrica completamente renovable o utilizar otras fuentes energéticas bajas en carbono. Sus compromisos pasan también por adoptar la denominada economía circular o electrificar su flota de vehículos comerciales.

Por ello, las acciones de Coca-Cola, que repuntaron un 15 por ciento el pasado ejercicio, tienen fuelle para subir otro 5 por ciento en este ejercicio, según los cálculos del consejo de analistas que elabora Bloomberg. En el capítulo de las recomendaciones, un 71 por ciento de los analistas apuesta por la compra, mientras que ninguno indica la opción de vender.

Al otro lado del Pacífico, las grandes empresas también empezaron a tomar partido en la lucha contra el cambio climático.

Por ejemplo, la petrolera estatal china, Sinopec, o la mayor acerera de Japón, Nippon Steel, dos de las que adoptaron el enfoque de cero emisiones para 2050.

En el caso de Sinopec, la compañía adelanta en 10 años los objetivos a nivel nacional propuestos por el Gobierno chino, y priorizará fuentes de energía verdes como el hidrógeno para sustituir su dependencia de otras materias primas como el carbón.

En cuanto a Nippon Steel, su estrategia es similar. La compañía busca una mejora en la eficiencia energética basada en una mayor apuesta por el hidrógeno, así como procesos para capturar y almacenar el carbono. Si bien espera alcanzar la huella neutral en 2050, el objetivo es reducir en un 30 por ciento sus emisiones para finales de esta década.

De nuevo, los analistas proyectan buenas perspectivas en Bolsa. Sinopec cuenta con el mayor potencial de revalorización de las empresas analizadas, del 40 por ciento, mientras que el panel concede el segundo mayor porcentaje (32 por ciento) a Nippon Steel.

Un 78 por ciento de los analistas apuesta por la compra de acciones de la firma china, y un 76 por ciento por los títulos de la empresa japonesa. Ninguna de las dos cuenta con recomendaciones de venta.

Sasol y Boral: cómo ‘net zero’ llega a los 5 continentes

La lucha contra el cambio climático requiere una acción global, tal y como marcan precisamente los objetivos net zero.

En este sentido, una de las mayores petroleras de África, Sasol, también anunció el año pasado su objetivo de llegar a cero emisiones en septiembre de 2050, y una reducción de entre el 10 y el 30 por ciento para finales de 2030. 

Su apuesta se centrará también en una transición hacia otros combustibles como el hidrógeno verde o abandonar el gas natural como materia prima de referencia.

Su planteamiento le valió a las acciones una revalorización cercana al 100 por cien en el último año, mientras que el panel de Bloomberg apunta a un precio objetivo un 11 por ciento por encima del actual. Sin embargo, y aunque cuenta con un 63 por ciento de recomendaciones de compra, un 9 por ciento de los analistas aconseja vender.

Por último, la australiana Boral, que centra su actividad en productos y materiales de construcción, anunció en el último trimestre “los objetivos de reducción de emisiones más ambiciosos en la industria global”.

Para 2030, el grupo busca una reducción del 46 por ciento en sus emisiones totales, y en un 22 por ciento en los procesos de producción de materiales de cemento, una de las principales materias primas con las que trabaja. Para finales de la década pretende usar, además, electricidad totalmente renovable y combustibles alternativos para mejorar su eficiencia energética.

Su valor diferencial, según dijo Boral, es que sus objetivos están validados por la plataforma Science Based Targets initiative, que aglutina la colaboración entre otras organizaciones como Carbon Disclosure Project (CDP), Naciones Unidas o el Foro Mundial para la naturaleza. Así, la empresa australiana se sumó a las más de 100 empresas que forman parte del proyecto.

Pero quizá sus objetivos fueron demasiado ambiciosos para los analistas, que tienen en Boral las peores expectativas de las siete empresas analizadas: el potencial de las acciones es de tan solo el 7 por ciento, mientras que un 30 por ciento del panel apuesta por la compra y otro 30 por ciento por la venta. El 40 por ciento de analistas restante prefiere, por el contrario, mantener los títulos a la espera de ver cómo evoluciona la compañía en la reducción de sus emisiones.

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