Credit Suisse cuenta las horas para la rebelión de sus accionistas

El mayor banco suizo celebra su junta este viernes inmerso en la presión de sus inversores activistas. Los pérdidas en el primer trimestre tampoco contribuyen a la calma

A menos de 24 horas para que Credit Suisse celebre su junta General de accionistas, este viernes, el mayor banco suizo no encuentra un resquicio de tranquilidad.

Al escándalo que supuso la quiebra de los fondos Archegos y Greensill, el año pasado, siguió la salida de su presidente, Antonio Horta-Osorio, por saltarse la cuarentena de Covid en Suiza. Fueron suficientes para colmar la paciencia de sus inversores, pero las críticas a la gestión del banco no quedaron ahí.

En los últimos meses, el activismo climático ha cargado contra la estrategia climática de Credit Suisse, generando un nuevo filón que los inversores activistas han aprovechado para pedir la reorganización del banco.

Pero los últimos resultados del primer trimestre, con pérdidas de 266 millones de euros hasta marzo, suponen un nuevo y fuerte varapalo para el banco, que ya se prepara para afrontar una revolución de su accionariado en la cita más importante de su 2022.

Pérdidas que caldean la Junta

Las pérdidas derivaron de las provisiones para los litigios que tendrá que afrontar el banco por la quiebra de Archegos, que supuso un impacto de más de 4.200 millones de euros para sus cuentas.

Más allá de sumar un nuevo trimestre en rojo, el volumen de negocio se redujo entre enero y marzo en más de un 41 por ciento respecto al mismo trimestre del año pasado. 

Son algunas de las cifras que reflejan la deriva del banco en el último año. En bolsa, las acciones han perdido en este periodo más de un 30 por ciento, y cotizan ahora en sus mínimos históricos.

La delicada situación que atraviesa el banco ha sido objetivo del activismo accionarial, especialmente de fondos como ShareAction y Ethos Foundation, los que más han presionado a Credit Suisse para que tome un cambio de rumbo. Lo hizo, al designar a Axel Lehmann como sustituto en la presidencia de Horta-Osorio.

Si bien Lehmann está valorado positivamente por los activistas, no así algunos de los consejeros que tenían que enfrentarse en la próxima Junta de accionistas a la reelección de su cargo. 

Los señalados, directivos como Severin Schwan, Kai S. Nargolwala, y el español Juan Colombás, no se presentarán finalmente a la reelección, según informó Credit Suisse, debido precisamente al empuje del activismo. 

Norges Bank, uno de los inversores de Credit Suisse, dijo que el consejo no dio respuesta a las “importantes peticiones” de sus accionistas, y que “trató de eludir sus propuestas” a través de los cambios en el panel de Gobernanza. Sin embargo, estos cambios, sin la aprobación del accionariado, “limitan los derechos de los inversores”.

El ambientalismo, otro punto más de fricción

Los esfuerzos más recientes del activismo se han centrado especialmente en la estrategia climática.

En marzo, Credit Suisse anunció que incorporaría en el orden del día de la junta del 29 de abril la votación consultiva de los accionistas sobre el informe de sostenibilidad que prepara para presentar en 2023. El banco incorporó otras dos propuestas climáticas, relacionadas con la financiación de petróleo y gas y la minería en aguas profundas.

No sirvieron, sin embargo, para calmar los ánimos. Jeanne Martin, gerente senior de campañas en ShareAction, dijo en una carta abierta que el banco “ha perdido la oportunidad de comenzar de nuevo” y de “restaurar la confianza”, al no poner los riesgos climáticos en primera plana de la junta.

Desde el grupo activista, volvieron a manifestar esta misma semana en un comunicado su descontento con las propuestas. “Persiste la preocupación de que sus nuevos compromisos no cubran la mayor parte de la financiación y la exposición del banco a activos con alto contenido de carbono”, argumentan en ShareAction, que piden a Credit Suisse más transparencia y divulgación sobre su estrategia climática.

Por ello, confirmaron que los accionistas mantendrán una propuesta en la junta del viernes, y advierten que “varios inversores ya han hecho pública su intención de voto favorable”.

“Ciertos problemas son tan importantes que pueden tener impactos materiales en todas las carteras y en la sociedad, y esto se aplica al cambio climático”, dijo David Orr, gestor senior en Sparinvest, uno de los inversores aglutinados en ShareAction.

“Su estrategia actual aparentemente no cubre las actividades de los mercados de capital que representaron más del 75 por ciento de su financiación entre 2016 y 2021 para las principales compañías de petróleo y gas”, señaló Karin Nemec , cofundadora y directora ejecutiva de Grünfin, otra de las firmas de inversión críticas con Credit Suisse.

Lehmann trata de apaciguar

El banco, por su parte, ha tratado de calmar los ánimos a través de una carta dirigida a los accionistas firmada por su presidente.

“2021 fue un año muy decepcionante y desafiante. Lamentamos profundamente que todos los asuntos hayan causado preocupaciones, no solo para todos en Credit Suisse, sino en particular para nuestros accionistas y clientes”, afirma Lehmann.

En la misiva, reconoce la “necesidad de una transformación fundamental”, pero advierte que ésta “llevará tiempo hasta que esté completamente implementada”.

Aún faltan, a su juicio, “una serie de pasos decisivos” para reforzar los marcos de control y riesgo, así como para fortalecer el liderazgo dentro de la entidad.

“Estamos reconstruyendo un banco en el que todos podamos enorgullecernos, con una fuerte posición competitiva, una cultura de riesgo efectiva y el claro objetivo de ofrecer valor sostenible a nuestros accionistas”, concluye la carta. 

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