Telefónica liga los sueldos de los consejeros a la reputación, la diversidad de género y el clima
La 'teleco' presentará a la junta nuevos compromisos retributivos. La cita llega envuelta en la polémica del rechazo de varios asesores de voto a la reelección de José María Álvarez-Pallete
Telefónica se verá el próximo viernes 23 de abril con sus accionistas en la junta anual que, de nuevo por el coronavirus, será telemática. Y, pese a ser un evento virtual, será una cita clave para la operadora porque, entre otras cuestiones, tendrá que aprobar el nuevo plan de retribuciones para su más alta dirección y a sus consejeros ejecutivos.
También, porque tendrá que dar el visto bueno a la continuidad de su presidente José María Álvarez-Pallete como consejero, una cuestión que levanta disparidad de criterios entre las firmas asesoras de voto, los ‘proxy’.
En cuanto a la retribución, los accionistas de la dueña de Movistar tendrán que respaldar -o no- la nueva política de remuneraciones de los consejeros hasta 2023 y el plan de Incentivos para directivos hasta 2026 y, en ambos, están presentes los criterios ESG (Environmental, Social & Corporate Governance) como variables a tener en cuenta.
Una de las novedades que lleva a la junta es la posibilidad de aprobar una remuneración extraordinaria para los consejeros. En concreto, según refleja en la documentación que somete a la junta, su nueva política de remuneraciones “refleja la posibilidad de que el consejo de administración [...] tenga la facultad de acordar la concesión de remuneraciones extraordinarias a los consejeros ejecutivos y/o altos directivos como recompensa al esfuerzo y especial dedicación realizados ante la consecución de determinados hitos estratégicos de la compañía”.
Entre ellos, cita “el éxito de determinadas operaciones corporativas de reestructuración, siempre que generen un valor añadido significativo para los accionistas de la compañía y/o generen un beneficio económico o un incremento patrimonial significativo que refuercen la sostenibilidad y el crecimiento a largo plazo de Telefónica”.
El importe máximo de esta retribución variable extraordinaria está limitado al 100% de la retribución fija anual. Esta última, en el caso de Álvarez-Pallete, alcanza los 1,9 millones de euros.
Cláusulas malus y clawback
Por otro lado, Telefónica ha realizado lo que denomina “homogeneización de las cláusulas malus y clawback” de sus consejeros ejecutivos.
Contempla la posibilidad de que se cancele total o parcialmente la retribución variable que se encuentre pendiente de abono (malus), y/o se recupere total o parcialmente cualquier elemento de retribución variable dentro de los veinticuatro meses posteriores al abono de la misma (clawback), cuando se den determinadas circunstancias excepcionales que afecten a los resultados de la compañía, o que deriven de una conducta inapropiada del consejero en cuestión.
En 2018, en su política de retribuciones ya las recogía, pero no con tanto detalle. En este caso, considera conductas inapropiadas extraordinarias que el consejero haya sido sancionado por un incumplimiento grave del código de conducta o por incumplimiento grave de la normativa.
También, cuando se ponga de manifiesto que la liquidación de un variable se haya producido “en información cuya falsedad o inexactitud grave quede demostrada a posteriori, de forma manifiesta, u otras circunstancias no previstas ni asumidas por la compañía, que tengan un efecto negativo material sobre las cuentas de resultados”.
Incluye como extraordinario, asimismo, que haya una “reformulación de los estados financieros de la compañía no debida a la modificación de las normas contables aplicables”.
Retribución variable a corto plazo, ligada a objetivos sociales y de género
En cuanto a las remuneraciones de los consejeros y el peso que tienen esos criterios de sostenibilidad, la compañía con sede en Las Tablas refleja que tendrán peso tanto en el variable a corto como a largo plazo. En cuanto al corto, los objetivos no financieros tendrán un peso, como máximo, del 20% en conjunto. Entre ellos, cita metas ESG vinculados a la generación de confianza del cliente, confianza de la sociedad, cuestiones climáticas e igualdad de género.
En cuanto a cómo van estas notas, Telefónica explica a SOCIAL INVESTOR que, casi todas, avanzan en positivo. Respecto a la confianza de los clientes, su Net Promoter Score (NPS) se sitúa en el 24%, con una mejora de 7 puntos respecto a 2019, debido a los buenos resultados obtenidos en Reino Unido y Alemania.
En el terreno social, valorado con REP Trak, en los cuatro países principales por negocio (Reino Unido, Alemania, España y Brasil) en 2020 fue de 66 puntos, sobre una escala de 100. Supone un alza de 10 puntos frente a 2019 que atribuye a la valoración positiva que ha realizado la sociedad sobre el papel relevante que ha tenido la conectividad durante la pandemia y a un ajuste metodológico.
En presencia de mujeres en la dirección, Telefónica indica que, en 2017, se marcó el objetivo de tener un 30% de mujeres directivas en 2020. Sin embargo, explica, “la crisis de la pandemia ha retrasado algunos de los planes en marcha para lograr este objetivo y así, cerramos el año con 27,4% de mujeres directivas en todo el grupo, 2,6 puntos básicos por debajo del objetivo que nos habíamos fijado. Aún así, si tenemos en cuenta posiciones de liderazgo, que incluyen puestos directivos y predirectivos, sí alcanzamos el objetivo de 30%”.
Y respecto a las emisiones de CO2, las de Alcance 1 y 2 (por la actividad de la compañía y por la energía que consume) en 2020 se redujeron un 61,1% respecto a 2015 (año base); y las de Alcance 3 (vinculadas a la actividad, pero de las que no tiene el control directo) disminuyeron un 26,8% respecto a 2016.
Precisamente, la retribución variable a largo de los consejeros -a más de tres años-, el peso ESG es menor, porque los objetivos ligados a la sostenibilidad, el medioambiente o el buen gobierno tienen un alcance, como máximo, del 10% en conjunto y cita, específicamente, la neutralización y reducción de emisiones de CO2.
Ese mismo peso del 10% para la reducción de emisiones contaminantes aplica al Plan de Incentivos a largo plazo para los directivos de Telefónica durante el periodo 2021-2026. Hay que tener en cuenta que la ‘teleco’ se ha marcado la meta de ser neutra en emisiones antes de que acabe este plan, en 2025.
Renovación de Álvarez-Pallete
Una de las cuestiones que tendrá que ver la junta es la renovación de José María Álvarez-Pallete como presidente. El primer directivo de la operadora tiene que renovar su puesto en el consejo para los próximos cuatro años y lleva 15 ejercicio en el órgano de dirección.
Ahí, dos de las principales firmas de asesoría de voto, la estadounidense ISS y la española Corporance- recomiendan votar en contra.
Los motivos, respectivamente, es que combina la presidencia y el poder ejecutivo, que no recae en el consejero delegado, Ángel Vilá; y la falta de independencia del conjunto del consejo, que Corporance sitúa en el 47%, menos de la mitad de sus integrantes. Sin embargo, otra de los grandes ‘proxy’, Glass Lewis, vota a favor de ambas cuestiones.