Credit Suisse: los accionistas no le perdonan la quiebra de Archegos y Greensill

Los accionistas de Credit Suisse se oponen a validar la gestión del consejo cuando se produjo la quiebra de Greensill y Archegos. Si la hubiera apoyado, renunciarían a poner reclamaciones

Credit Suisse logró sofocar la rebelión que preparaba un amplio grueso de sus accionistas para su junta general, pero el mayor banco suizo salió tocado por la gestión de los últimos años, que le ha generado un descrédito sin precedentes entre sus inversores.

Cerca de un 60 por ciento de los accionistas rechazó el viernes validar la gestión del consejo durante 2020, que fue el ejercicio en el que quebraron los fondos Archegos y Greensill.

En total, las cuentas del grupo del año pasado sufrieron impactos por cerca de 4.000 millones por los posible litigios a asumir y los accionistas no están dispuestos a renunciar a sus derechos.

En la legislación suiza cuando los accionistas aprueban este punto del orden del día renuncian a tomar medidas legales contra el banco por los posibles casos que se hayan conocido al conocerse. Y con los números de 2021, solo uno de cada tres ha dado ese paso.

La cifra, además, contrasta con el apoyo al mismo punto del orden del día, pero referido al ‘descargo’ del consejo para el ejercicio 2021. En ese caso, el apoyo a la gestión superó el 77 por ciento de los votos.

Vía libre para el nuevo consejo

La mayor parte de la atención de la junta se centraba en estos apartados, así como en la propuesta para realizar una auditoría interna especial. Sin embargo, esta solo encontró el respaldo del 10 por ciento del accionariado, siendo rechazada.

A los escándalos de Archegos y Greensill y a las pérdidas reflejadas en los últimos resultados que ha ido presentando Credit Suisse se sumó, a comienzos de año, la salida de su presidente Antonio Horta Osorio por saltarse la cuarentena por Covid en Suiza.

Por ello, la elección de su sustituto en funciones, Axel Lehmann, acaparaba también los focos de la junta. El directivo, que reconocía en una carta a sus accionistas previa a la junta la “necesidad de una transformación fundamental”, finalmente fue respaldado por más de un 95 por ciento de los inversores, al igual que la mayoría de las reelecciones de consejeros.

Varios miembros de la cúpula, sin embargo, recibieron un aviso en forma de un amplio rechazo a su reelección y fueron justo los consejeros que estuvieron en el banco en 2020.

Por ejemplo, nombres como el de Ana Paula Pessoa, que recibió un 30 por ciento de votos en contra, o Michael Klein, con un 20 por ciento, representaron un fuerte castigo de los accionistas debido a que también formaban parte de la cúpula del banco en 2020.

Por otra parte, los tres nuevos consejeros propuestos por Lehmann, Mirko Bianchi, Keyu Kin y Amanda Norton, fueron ampliamente aceptados por más de un 95 por ciento de los accionistas.

Precisamente Norton, junto a Shan Lin, fueron designadas también como nuevos miembros del comité de retribuciones.

La propuesta climática no sale adelante

Más allá de las presiones de los inversores a la cúpula de Credit Suisse, el activismo accionarial ha estado reclamando una mayor transparencia al banco en cuestiones ambientales.

Plataformas como ShareAction y la fundación Ethos, que aglutinan a 11 inversores con 2,2 billones de euros en activos, presentaron para esta Junta la primera propuesta climática en la historia tanto de Credit Suisse como de una empresa suiza.

Algunos de los fondos de inversión que formaban parte de la iniciativa fueron LGIM, la mayor gestora británica; BVK, el mayor fondo de pensiones suizo; y empresas estadounidenses como Aviva Investors y el Fondo Común de Jubilación de Nueva York.

La propuesta reclamaba al banco mayor transparencia en su política de carbón térmico, sobre sus objetivos de divulgación y fortalecer su política de descarbonización. Sin embargo, solo un 18 por ciento de los accionistas votaron a favor, y un 77 por ciento en contra, entre los que se incluyeron algunos de los mayores proxy advisors del mundo como Glass Lewis e ISS.

Pese a la escasa aceptación, entre el activismo climático hay motivos para ver el lado bueno. “El resultado de la votación es una gran señal de apoyo para que Credit Suisse fortalezca su plan climático y acelere su transición. Instamos al banco a tomar nota e incorporar las peticiones de los inversores preocupados antes de su Say on climate de 2023, o ya puede esperar una rebelión de sus accionistas similar, si no mayor, en su Junta del próximo año”, dijo Jeanne Martin, gerente senior de campañas de ShareAction.

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