Repsol. Los máximos del crudo contrarrestan la crisis por el vertido en Perú

La petrolera esquiva el castigo en bolsa a pesar de la tragedia medioambiental y el tira y afloja con el gobierno latinoamericano, aupada por el encarecimiento del petróleo

Detalle del nombre REPSOL en la entrada de la sede Campus Empresarial Repsol.

La crisis entre Repsol y el Gobierno de Perú ocasionada por el vertido de crudo en las costas del país no está dejando cicatrices significativas en la cotización de Repsol, cuya evolución en mercado está muy en línea con la de otras petroleras.

Las acciones de Repsol se dejaron un 6 por ciento la semana pasada en los primeros días tras el incidente ambiental en las costas de Ventanilla. Pero la caída estuvo en línea con la del índice Stoxx 600 Oil & Gas, referencia en el parqué europeo, y por debajo de otras petroleras de peso bursátil como Shell o BP, que retrocedieron cerca de un 9 por ciento.

Mientras los conflictos diplomáticos entre Rusia, Ucrania y el bloque europeo continúa, los precios del petróleo han vivido una escalada hasta máximos de los últimos años. Tanto el barril de Brent, referencia en Europa, como el crudo de Texas (WTI), sumaron un 2 por ciento en la última sesión y se alzaron hasta acercarse al entorno de los 90 dólares, su mejor marca desde 2014.

Algo que ha permitido a los títulos de Repsol contrarrestar la crisis medioambiental según los analistas.

Un retroceso sectorial

El año pasado, los títulos se revalorizaron un 26 por ciento en el IBEX 35, mientras que pese a las caídas registradas por las acciones la semana pasada, las ganancias en el acumulado del nuevo ejercicio superan el 5 por ciento. 

“La penalización vino a nivel sectorial, con una toma de beneficios de los inversores, y de un comportamiento muy bueno de las acciones”, detalla Luis Padrón, analista de Renta 4. 

“El entorno geopolítico es favorable para las acciones de Repsol”, indica Luis Padrón. En apenas dos sesiones, los títulos ya se recuperaron de las caídas en la semana posterior al vertido de Perú. Las proyecciones para el resto del año son alcistas, con un potencial del 16 por ciento según el consenso de Bloomberg. 

“Los precios del petróleo se están beneficiando de las tensiones geopolíticas y los riesgos para el suministro”, dijeron los analistas de Commerzbank en un comentario. JP Morgan predijo un “pico importante” para los precios del crudo derivado del escenario que se dibuja en el Este de Europa.

Analistas como los de Goldman Sachs o Kepler Chevreaux revisaron incluso al alza su precio objetivo de Repsol en las últimas semanas. Y es que, pese a las declaraciones de los miembros del Ejecutivo peruano, la posibilidad de una sanción resulta lejana.

¿Hay posibilidades de una sanción?

Los problemas arrancaron a mediados de enero, tras la erupción del volcán Tonga, que habría ocasionado un fuerte oleaje que habría provocado un vertido de crudo por parte de un buque petrolero que operaba en una refinería de La Pampilla, socio de Repsol en el país.

El derrame afectó a una extensión de 3 kilómetros cuadrados en las costas de Ventanilla, en la región de Callao.

Los miembros del Ejecutivo peruano, desde la presidenta del Consejo de Ministros, Myrtha Vásquez, hasta el ministro del Ambiente, Rubén Ramírez, apuntaron directamente a Repsol como responsable del vertido, deslizando que podrían iniciar acciones legales.

El propio presidente, Pedro Castillo, profundizó al respecto esta semana. “Nos aseguraremos de que esta empresa cumple con sus responsabilidades penales, civiles y administrativas”, dijo.

En primer lugar, porque la responsabilidad podría no recaer finalmente en la petrolera. El Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI) de Perú, reconoció en una nota de prensa publicada dos días después del incidente que “las altas mareas” registradas en el mar de Ventanilla “fueron consecuencia de la erupción volcánica en el mar de Tonga” y “alteraron el proceso de descarga de crudo”.

La demanda de una sanción económica para Repsol también ha sido una de las peticiones de la organización activista climática Greenpeace. La plataforma exigió también a la compañía española la publicación de documentos como el plan de contingencia activado en la refinería de La Pampilla o la incoación de una investigación para aclarar los hechos, según informó en un comunicado difundido este lunes.

Sin embargo, como reconoció el INDECI, la refinería “activó inmediatamente los protocolos de seguridad y sus brigadas lograron controlar el incidente”. 

La prensa local se hizo eco también de un testimonio de audio de Lorena Márquez, jefa del Centro Nacional de Alertas de Tsunami de Perú, un organismo dependiente de la Marina del Ejército nacional. En el documento, Márquez afirma que “no existe una alerta de tsunamis” y que solo se producirían “algunas variaciones leves en el mar”, lo que propició que no se activaran los protocolos contra este tipo de maremotos.

Con todo, el principal señalado como responsable es el buque petrolero que operaba en La Pampilla, de bandera italiana, y para el que las autoridades del país manejan imponer una sanción de 150 millones de soles, unos 40 millones de dólares.

 “El impacto de Perú puede ser relativamente débil para Repsol, toda vez que la culpabilidad deriva en el buque que iba a descargar en la propia refinería”, detalla Padrón.

La reputación ESG bajo escrutinio

Los recursos destinados a reparar el daño climático en las costas peruanas tampoco supondrá un gran golpe para las cuentas de Repsol. La petrolera ha movilizado, en colaboración con el Ejército del país, a más de 2.000 personas para la limpieza de las costas, así como más de 90 unidades de maquinaria pesada. Hasta la fecha, las labores han conseguido la retirada de más de 9.000 metros cúbicos de arena, según los últimos datos actualizados por Repsol.

Entre otras iniciativas, la compañía contrató también los servicios de Aiuká, una organización especializada en el cuidado de animales, y llevó a cabo consultas con otras organizaciones de pescadores locales para evaluar el impacto del vertido.

El impacto ambiental en la zona, no obstante, es un reto para la reputación ESG de Repsol. Los vertidos y el daño medioambiental no ayudan a reforzar las calificaciones y entrar conflicto con los gobiernos puede complicar la actividad empresarial de la empresa.

Más allá de los planes de descarbonización de cada compañía, los analistas ESG también consideran este tipo de riesgos en sus valoraciones.

Este mismo miércoles, S&P publicaba un análisis del rating ESG de Repsol, otorgándole una nota de 50 sobre 100 y así lo consignaba.

“Repsol se ha comprometido a reducir al menos el 65 por ciento de sus biocombustibles a partir de residuos para mitigar los riesgos relacionados con residuos y contaminación. Pero la compañía tiene una exposición creciente a riesgos de la biodiversidad”, detallan los analistas de S&P.

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