ABN Amro gestiona el fondo líder a tres años y esta es su radiografía

Especializado en empresas europeas, ha sacado partido a la evolución de las farmacéuticas. Es un artículo 8 contratable por todo tipo de inversores: también minoristas

No todos los fondos son iguales. Y ABN Amro se destaca por gestionar uno especial. Es el fondo con la máxima nota de sostenibilidad posible por parte de MSCI (AAA) y que ofrece un mejor rendimiento a tres años. Respecto a su clasificación europea, es un fondo verde claro, integrado en el artículo 8.

La gestora del banco neerlandés distribuye el fondo EdenTree European Sustainable Equities A EUR Capitalisation, que ha ganado más de un 23 por ciento desde 2019 según los registros de Vdos. Es, además, un fondo invertible por inversores minoristas, ya que una de sus clases permite aportaciones a partir de 100 euros.

Una cartera diversificada

Sustainalytics, la división de rating en sostenibilidad de Morningstar, valora al fondo de ABN Amro con algo más de 18 puntos, por lo que se encuadra dentro de una zona de riesgos ESG bajos según la metodología de calificación.

El fondo cuenta como índice de referencia al MSCI Europe Value, compuesto por valores de gran y mediana capitalización bursátil de 15 países europeos. En estos tres años, el rendimiento del fondo ha estado, no obstante, cinco puntos porcentuales por debajo de dicho indicador.

Su cartera, sin embargo, está más diversificada que la del índice. Mientras que las grandes empresas, aquellas con más de 20.000 millones de euros de capitalización bursátil, ocupan más de un 78 por ciento de la composición del índice, solo representan cerca de un 42 por ciento del fondo de ABN Amro.

Las empresas de entre 5.000 y 20.000 millones tienen un peso del 38 por ciento, casi el doble de lo que ocupan en el índice. Y las empresas pequeñas, cuyo valor de mercado cae por debajo de los 5.000 millones, tienen un peso del 16 por ciento frente a una escasa representación del 0,5 por ciento en el índice.

Las 10 mayores acciones del fondo representan algo más de una cuarta parte de la cartera, pero ninguna supera el 3 por ciento. Orange, Banco Santander y Sanofi se reparten la terna de los valores con más peso, mientras que entre las mayores tenencias destaca otra ‘blue chip’ española, Telefónica, y valores como la farmacéutica Glaxosmithkline, la cadena de supermercados Carrefour y el banco británico Lloyds.

El sector financiero, el sanitario y las telecomunicaciones son los que más presencia tienen en la cartera del fondo, ocupando más de la mitad.

Alcohol, armas y energía nuclear, las exclusiones

La política de inversión del fondo incluye la exclusión de empresas que obtengan más de un 10 por ciento de sus beneficios de actividades como la venta de bebidas alcohólicas, de tabaco y las apuestas, además de aquellas productoras de armas y energía nuclear.

El fondo de la gama Edentree excluye también las inversiones directas en valores con graves incumplimientos de los Principios de Inversión Responsable (PRI) de la ONU. En condiciones normales, la cartera tiene un máximo de 60 valores, aunque el número puede variar en función de las oscilaciones del mercado, según explica ABN Amro.

La gestora del banco busca principalmente empresas centradas en buscar soluciones para el cambio climático y la renovación de la biodiversidad, pero también aquellas que apuestan por la igualdad en términos de movilidad social y el respeto a los derechos humanos.

Los procesos de inversión ESG cubren cuatro áreas clave: la investigación de las empresas; las proyecciones sobre sus riesgos; la gobernanza y mantiene una política de engagement activa con las empresas.

En este apartado, ABN Amro apuesta por prácticas de engagement colaborativo, ya que “garantizan que las empresas en las que se invierte sean buenas ‘ciudadanas’”. Uno de los criterios que más tiene en cuenta, según explica la entidad en la metodología incorporada en el fondo, en empresas que “exhiban las mejores prácticas” en cuanto a gobierno corporativo.

Un ‘pinchazo’ por Ómicron y la guerra

A pesar de la senda alcista de los últimos años, el fondo lleva meses acumulando una rentabilidad negativa por diversos factores.

Mientras su índice de referencia continuó subiendo en el último trimestre del año pasado, la variante Ómicron del Covid provocó que el comportamiento del fondo quedara por debajo, según explica ABN Amro en su balance trimestral, fechado a finales del pasado febrero.

Las acciones incluidas que más subieron en ese periodo consiguieron mantener a flote al fondo. Por ejemplo, el fabricante de equipos de seguridad para vehículos Autoliv, que según la gestora “se benefició del fuerte récord de la industria como líder de mercado” a pesar de los daños reputacionales sufridos por una serie de dispositivos defectuosos.

El fondo también se vio beneficiado por los sólidos resultados de las farmacéuticas Glaxosmithkline y Merck. En cuanto a los valores que restaron fuelle, ABN Amro destaca a Koninklijke Phillips y Johnson Matthey, que cayeron con fuerza después de “varias noticias negativas relacionadas con sus productos”.

El escenario para las bolsas que ha traído la guerra en Ucrania tampoco ha beneficiado al fondo, que registró una caída del 3 por ciento en el primer trimestre de este año, cortando la senda alcista de los últimos ejercicios.

En cuanto a movimientos, en el último trimestre ABN Amro deshizo posiciones sobre la operadora Ericsson, mientras que añadió a la cartera del fondo acciones como las de Electrolux, Elementis y Danone.

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