El medioambientalismo redime a Volkswagen

La automovilística firma su primer crédito ligado a objetivos de sostenibilidad. En EEUU, Joe Biden anima al sector al anunciar la transformación a eléctrica de toda la flota federal

Seis años después de que saltara a la luz el escándalo en el que se vio envuelto Volkswagen, que instaló ilegalmente un software para alterar los resultados de los controles técnicos de las emisiones de 11 millones de automóviles, la gran automovilística ha logrado un perdón simbólico.

La compañía acaba de firmar su primer préstamo vinculado a objetivos de sostenibilidad por 1.800 millones de euros (2.000 millones de dólares). Los fondos se destinarán a financiar proyectos con los que reducir su huella ambiental, de acuerdo con Bloomberg y se ha sindicado a través de un grupo de bancos entre los que se encuentran Credit Agricole, Banco Santander, Bayerische Landesbank, Commerzbank, Intesa Sanpaolo y Société Générale.

Como sucede en este tipo de financiaciones, los intereses a abonar por este préstamo estarán relacionados con la evolución una serie de compromisos; en este caso de la reducción de sus emisiones en su flota europea.

El director financiero de la compañía, Arno Antlitz, espera poder vincular más adelante nuevas financiaciones a la consecución de objetivos de CO2 en la fabricación de nuevos turismos. “En el futuro, vincularemos nuestras finanzas cartera aún más cercana con el ambicioso europeo objetivos de descarbonización”, señaló.

La compañía revisará este jueves su plan de inversiones a cinco años, que incluye información sobre su estrategia en vehículos eléctricos para competir con Tesla.

La falta de chips está complicando que Volkswagen pueda cumplir con sus objetivos de ventas para este año, que contemplaba alcanzar los 600.000 envíos.

Cambio de política en EEUU

Mientras tanto, los Estados Unidos continúan acelerando en políticas de descarbonización. Joe Biden ha presentado una orden ejecutiva para imponer que todos los vehículos federales sean eléctricos en 2035.

Este cambio supone una renovación completa de la flota -que cuenta con 657.000 vehículos- ya que, al cierre de 2020, apenas un 0,5 por ciento de los utilitarios de la administración federal contaban con baterías eléctricas y otro 0,2 por ciento eran híbridos.

Durante los últimos cinco años, la administración federal habría adquirido alrededor de 56.000 vehículos anualmente. De ellos, menos del 1 por ciento eran eléctricos.

De acuerdo con Bloomberg, las compras necesariamente tendrán que aumentar rápidamente para alcanzar los nuevos objetivos presentados por el presidente estadounidense.

Una de las ‘pegas’ que se le pone a esta orden ejecutiva es que no viene acompañada de un presupuesto asignado. No obstante, el Senado estaría tramitando una orden para invertir unos 9.000 millones en flota eléctrica. Este cifra está incluida en la Build Back Better Act.

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