Repsol: más dividendo para desactivar la crisis en Perú

El mercado espera que Repsol mejore su política de remuneración este jueves después de los problemas reputacionales por un vertido, que ha llevado a S&P a poner en revisión su rating ESG

Antonio Brufau y Josu Jon Imaz trajeados caminan al lado de una sala de repsol

Repsol compensará a los inversores por el daño de reputacional de la crisis por el derrame de crudo en la refinería de La Pampilla, en Perú, con un nuevo aumento del dividendo. La mejora de la retribución a los accionistas es una de las expectativas que manejan los analistas de cara a la presentación de resultados de este jueves. La banca de inversión pronostica que serán sus mejores cifras desde 2018.

La compañía dará a conocer sus cuentas algo más de un mes después de que la erupción de un volcán en Tonga provocase un vertido equivalente a más de 10.000 barriles de crudo en las costas peruanas.

El viernes, el presidente de la división en el país de Repsol, Jaime Fernández Cuesta, afirmó ante el Congreso de Perú que el derrame se debió a un “movimiento anómalo del buque”.

Por ello, la energética española emprenderá acciones legales contra los propietarios del barco Mare Doricum así como contra sus aseguradores, según avanzó Europa Press.

Pese a navegar en aguas revueltas, Repsol ha esquivado en bolsa el impacto del vertido, y compensará a sus accionistas tras la crisis reputacional sacando a relucir su músculo financiero.

Más de 2.300 millones de beneficio

La compañía que preside Antonio Brufau presentará un beneficio acumulado en 2021 de 2.300 millones de euros, según estima el consenso de Bloomberg; rozando los 2.340 millones que obtuvo tres ejercicios antes. Repsol dejará atrás, de esta forma, los más de 3.000 millones en pérdidas de 2020 a causa de las provisiones por la pandemia de Covid-19.

El rally del petróleo en los últimos meses, con el barril de Brent y el West Texas (WTI) cotizando en máximos de 2014 por encima de los 90 dólares, permitirá mantener, según los analistas, las perspectivas para este año. Así, en 2022, las proyecciones apuntan a un beneficio por encima de los 2.800 millones.

Pero el plato fuerte para los accionistas llegará en forma de un aumento del dividendo. Un informe reciente de Morgan Stanley anticipa que Repsol volvería a presentar un aumento en la retribución a sus inversores, pero los cálculos del banco de inversión estadounidense se sitúan por encima de los del consenso de mercado.

“Creemos que la compañía anunciará mayores retribuciones. Durante la ‘call conference’ del tercer trimestre, la directiva destacó que la política del plan estratégico puede mejorarse en función de la generación de efectivo adicional”, explican en Morgan Stanley.

En el tercer trimestre del año pasado, Repsol ya elevó su dividendo hasta los 0,63 euros por título, tres céntimos por encima del consenso de mercado, mientras que Morgan Stanley considera que la retribución llegará a los 0,70 euros en 2022. “Por encima de las expectativas actuales del consenso de 0,64 euros”, sostienen los analistas.

Otro de los ‘caramelos’ que dará a sus inversores llegará en forma de un nuevo programa de recompra de 40 millones de acciones para la segunda mitad de este año, después de que en el tercer trimestre anunciara la recompra de 35 millones de acciones propias hasta mayo de este año, lo que supone la adquisición de cerca del 2,30 por ciento de su valor.

Gran parte de los buenos resultados que el mercado anticipa se debe a la escalada bursátil que ha protagonizado Repsol, impulsada por el buen momento del petróleo.

Desde el suceso, ocurrido el sábado 15 de enero, las acciones de Repsol se han revalorizado un 4 por ciento, por encima del 1,7 por ciento que se ha revalorizado el Stoxx 600 Oil & Gas, donde se recogen a las principales cotizadas europeas del sector petrolero y gasista.

En el acumulado del año, Repsol también se impone, con una subida del 12 por ciento frente al 11 por ciento que ha sumado el subíndice.

Una crisis que sirve de toque de atención ESG

Repsol ha esquivado en bolsa la crisis reputacional con una rápida respuesta al desastre climático. Esta semana, la compañía informó que ya se ha logrado limpiar alrededor del 70 por ciento del territorio afectado, que se extiende en más de 3 kilómetros en las costas de Ventanilla, en la región de Callao.

Pero el incidente ha supuesto una seria controversia en materia ESG. “Repsol destaca con un objetivo agresivo para alcanzar las cero emisiones, siendo el primero entre sus pares globales. Aún así, el grave derrame de petróleo es un claro golpe contra una perspectiva ESG sólida, y en última instancia, pueden seguir sanciones financieras”, explican los analistas de Bloomberg Intelligence en un comentario.

No obstante, “dado que la causa parece estar relacionada con el oleaje extremo de la erupción volcánica en Tonga, el derrame no nos sugiere problemas estructurales ESG subyacentes en Repsol”, argumentan.

S&P Global, uno de los mayores proveedores de calificaciones ESG del mundo, situó en revisión la semana pasada la calificación de Repsol. La compañía cuenta con una media de 68 puntos sobre 100, pero sus puntuaciones difieren: frente a la nota de 75 puntos que concede S&P a la gobernanza, en materia climática otorga a Repsol 50 puntos.

Principalmente por los riesgos que este tipo de incidentes suponen para la biodiversidad, una de las temáticas ESG a vigilar en 2022. “Si Repsol no gestiona adecuadamente los efectos negativos en los puntos críticos de biodiversidad”, explican en S&P, esto podría costarle una bajada de su rating climático, que en cualquier caso no sería superior a los 5 puntos; una bajada, sin embargo, suficiente para que la compañía ‘suspendiera’ en cuestiones ambientales.

De hecho, la agencia de calificación ya avisaba en su último informe sobre Repsol, fechado el 26 de enero de este año, de su “creciente exposición a riesgos de la biodiversidad”.

“La compañía tiene una mayor proporción de operaciones terrestres y de gas, en lugar que de producción de petróleo, que consideramos menos expuesta a derrames”, afirman en S&P. Los analistas destacan, además, el compromiso de la compañía para producir al menos un 65 por ciento de sus biocombustibles a partir de residuos para “mitigar los riesgos relacionados en su cadena de suministros”.

A las puertas de los resultados, los analistas se han rendido al potencial de las acciones, que cotizan ahora en algo más de 11 euros.

JP Morgan mantuvo su precio objetivo en los 17 euros en su última revisión, de comienzos de febrero, mientras que esta semana los analistas de firmas como el Santander o el bróker Oddo mantuvieron su precio objetivo en los 14 euros. El potencial a 12 meses es del 10 por ciento, según el consenso de Bloomberg, que dejaría las acciones rondando los 13 euros.

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