Sandra Tomé tomó la decisión de crear su propia marca de vodka cuando tenía 35 años. El producto que ideó, King Peter, se abrió paso en los lineales de los supermercados y logró imponerse en las discotecas imán de toda España.

Prácticamente 10 años después, el empuje de la emprendedora hace pasar por caja a uno de los mayores grupos de elaboración y distribución de destilados.

Y es que Rives anunció esta semana un acuerdo con la empresa de Tomé, World Spirits International, para la adquisición del 100% de la marca King Peter. Ella defiende que la fórmula del éxito es creer en una misma y no rendirse.

El presidente de Rives, una de las mayores compañías españolas del sector, Augusto Romero-Haupold, se ha expresado muy satisfecho con el acuerdo, que es una evolución de la colaboración que ambas partes entablaron hace años.

Las dos empresas armaron una joint venture con el objetivo de elevar “el posicionamiento del grupo en la categoría premium”. King Peter era la clave de bóveda de la estrategia. Rives, además de este activo, pudo incorporar el talento de Tomé en áreas como el marketing.

Ahora, los términos de adquisición no han sido desvelados.

Esta revista sí pudo confirmar que Rives ha realizado una importante inversión en la adquisición de la marca King Peter y que maneja un fuerte presupuesto para posicionar el vodka de Tomé al más alto nivel, informan ambas fuentes a Inversión.

Tomé y Rives consideran que King Peter y la ginebra Gin Rives Special liderarán el proyecto de expansión para el que están desarrollando un ambicioso plan comercial.

El grupo comprador cuenta con presencia en más de 20 países y ahora -gracias a este acuerdo-, cubre un hueco en su gama de productos.