Las elecciones presidenciales en los Estados Unidos del 5 de noviembre se perfilan como la madre de todos los riesgos, por lo que uno pensaría que el refugio financiero más seguro de todos resistiría. Pero no es así, y esa es solo una de las anomalías notables que surgen en los mercados financieros estos días. Los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años han aumentado casi 70 puntos básicos desde el enérgico recorte inicial de tipos de interés de medio punto de la Reserva Federal el 17 de septiembre.

Lo que es aún más inusual es que los bonos soberanos estadounidenses están tambaleándose sin que los instrumentos que suelen estar correlacionados los acompañen, con la excepción de los bonos británicos, por preocupaciones fiscales similares. El dólar estadounidense se ha fortalecido un 4% durante el último mes, por lo que es evidente que el dinero no está huyendo de los activos estadounidenses; simplemente no está estacionado en el refugio habitual de los bonos del Tesoro de los EEUU.