Los inversores en cortos simplemente se odian. Esta es la razón

Los inversores cortoplacistas que apuestan contra las empresas desconfían tanto entre entre sí como de los directivos a los que ponen la proa

Harry Markopolos, el investigador que descubrió que Bernard Madoff era un impostor.

En el último episodio de la serie de HBO Industry, la joven gestora Harper Stern anuncia que quiere lanzar un fondo exclusivamente de posiciones cortas. “Vamos a atacar a las empresas que puedan estar engañando al mercado, cometiendo fraude o incurriendo en prácticas comerciales poco éticas”, propone. “Encontraremos a los mentirosos, encontraremos vulnerabilidades –y, por lo tanto, lo que está mal valorado– utilizando una combinación de contabilidad forense y espionaje corporativo”. Su posible patrocinador le responde sarcásticamente: “Serás popular”.

Es cierto que los inversores cortoplacistas no están precisamente bien vistos. En Corea del Sur, son personas non gratas desde noviembre de 2023, cuando las autoridades financieras impusieron una prohibición a esta práctica tras descubrir operaciones ilícitas por parte de empresas extranjeras. Este mes, acusaron a BNP Paribas de presunta violación de las normas sobre ventas en corto, según Bloomberg, lo que se suma a una lista de empresas que están siendo investigadas (BNP Paribas se negó a hacer comentarios a los periodistas).

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