El miércoles por la noche en Nueva York, los sueños de los creyentes de las criptomonedas se hicieron realidad: el bitcoin alcanzó los 100.000 dólares. La criptomoneda más importante y antigua se ha estado acercando (y luego alejando repetidamente) de esa cifra redonda tan deseada desde hace un mes.

Lo que impulsa estos movimientos es el optimismo desmedido de la industria de activos digitales de que el presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, pondrá fin al duro escrutinio gubernamental que prevaleció durante la administración de su predecesor y, en cambio, aplicará políticas y reguladores favorables a la industria.