Elon Musk ha cruzado una línea roja con sus últimos ataques al Gobierno del Reino Unido, dice el primer ministro Keir Starmer. ¿Quedan algunas líneas por superar? Musk ha dicho que solo el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) puede salvar a Alemania en un año electoral. Ha dicho que los jueces italianos "tienen que irse" por bloquear un plan de migración. Y se ha vuelto contra su amigo del Brexit, Nigel Farage, por no aliarse con el activista antimigrantes Tommy Robinson.

La indignación está creciendo: el presidente francés, Emmanuel Macron, sin nombrar a Musk, se enfureció el lunes porque el multimillonario estaba jugando con la democracia en nombre de una "internacional reaccionaria". Y, sin embargo, a pesar de todo el furor, Europa quiere comprar aún más de lo que Musk está vendiendo.