El Banco Central Europeo (BCE) responde a los inversores que consideran que una inflación más firme, un mercado laboral estadounidense sorprendentemente sólido y la perturbación económica de Donald Trump reducirán el efecto de una reducción de los tipos de interés.

Aunque los mercados han reducido sus apuestas sobre el número de recortes que esperan este año por parte del BCE (y de la Reserva Federal), los funcionarios en Fráncfort ni se inmutan. Miembros del Consejo de Gobierno, como Francois Villeroy de Galhau y Yannis Stournaras, han reiterado su antigua creencia de que la tasa de depósito caerá a alrededor del 2% a mediados de 2025, desde el 3% actual.