Las perspectivas moderadamente optimistas que manejan los directores de inversión encuentran su contrapunto en las múltiples incertidumbres que todavía acechan al mercado. Los expertos tienen claro que es hora de mantener la cabeza fría y aprovechar cualquier corrección del mercado para incrementar posiciones, pero siendo muy selectivos en algunos aspectos que pueden marcar la evolución del año, como la evolución del dólar o el peso en las carteras de la renta variable europea. 

Aplicando la máxima de repartir todos los huevos entre distintas cestas, la diversificación vuelve a ser el antídoto para minimizar los riesgos que siempre generan los tipos de cambio. «No concibo la cartera de un cliente en un solo país o una sola divisa. En un mundo muy global donde los ingresos provienen de muchos sitios, una cartera tiene que estar diversificada en divisas», apunta Álvaro Galiñanes, director de inversiones de Santander Private Banking Gestión.