Mario Draghi, el guardián de los 209.000 millones
Ver a Draghi como primer ministro italiano es el deseo del empresariado del país y de Bruselas también
Se diría que la política italiana busca su inspiración en la tradición operística del país. Es sonora, estridente y plagada de giros de guion. La manifestación más reciente de esa teatralidad se ha hecho paten - te durante las últimas semanas y culminará con la constitución de un nuevo gobierno. La novedad no es el relevo prematuro del ejecutivo: van 66 desde que se proclamó la república en 1947, un promedio de uno cada 14 meses. El viraje argumental consiste en que el llamado a formarlo es Mario Draghi (73 años), cuya reputación se resume en la frase «whatever it takes» («lo que sea necesario»), pronunciada en 2012 para poner fin a la tormenta financiera que amenazaba al euro.
Ver a Draghi instalado en el Palazzo Chigi cumple el deseo generalizado del estamento empresarial italiano. Y de Bruselas también. El expresidente del BCE vivía semi retirado en Umbría a la espera, se dice, de optar a la jefatura del Estado, que deberá renovarse en 2022. Si esos eran sus planes, se vieron alterados cuando el actual presi - dente, Sergio Mattarella, decidió proponerlo para sustituir a Giuseppe Conte, cuya coalición se quebró por obra del fígaro de la polí tica italiana, Matteo Renzi.